Son las 10 de la mañana y varias personas ya esperan a las puertas del laboratorio para hacerse la prueba del kala azar. El laboratorio se encuentra en la unidad de tratamiento y diagnóstico de leishmaniasis visceral del hospital Sadar, centro de referencia del distrito de Vaishali, donde viven alrededor de tres millones de personas.
Baby tiene 27 años y dos hijos, vive cerca del hospital y desde hace varias semanas tiene fiebre y pérdida de apetito dos de los síntomas más comunes de la enfermedad así que desde las consultas externas es referida a la planta de kala azar. Después de esperar 15 minutos, los resultados son positivos y, tras ser examinada por el médico, Baby ingresa en el hospital para recibir tratamiento. Hasta esta mañana nunca había oído hablar del kala azar, pero si voy a mejorar no me importa tener que estar en el hospital unos días, explica Baby una vez acomodada en la cama que va a ocupar.
El kala azar es una enfermedad endémica en Vaishali, en el centro del estado indio de Bihar. Transmitida por un insecto flebotomino, la dolencia provoca agrandamiento del bazo y, sin tratamiento, causa la muerte a prácticamente todos los enfermos. El tratamiento que estamos usando en Vaishali es muy seguro y efectivo. Por norma general, consiste en cuatro dosis intravenosas de anfotericina B liposomal [LAmB por sus siglas en inglés] y a partir de la segunda dosis ya se puede ver una gran mejoría en el paciente, afirma el Dr. Gaurab, coordinador de las actividades médicas del proyecto de MSF.
Desde julio de 2007, MSF lleva a cabo un proyecto de diagnóstico y tratamiento de kala azar en Vaishali. En cuatro años han sido tratados alrededor de 8.000 pacientes en el hospital Sadar y en cinco centros de salud apoyados por MSF. La tasa de curación inicial es del 98% en los casos de kala azar primario. Ahora mismo estamos dando anfotericina B liposomal de 20mg y sabemos que es muy efectiva para el paciente. Pero también estamos viendo posibles alternativas para el futuro, como por ejemplo LAmB de 10mg en dosis única o terapias combinadas cuya eficacia ha sido demostrada, explica la Dra. Marta González, médica de MSF en Vaishali.
La Organización Mundial de la Salud también recomienda estos tratamientos en su último libro azul sobre el control de la leishmaniasis y MSF espera que el programa nacional siga sus recomendaciones.
Dificultades de tratar la PKDL y la coinfección con VIH
Chandeshwar tiene 30 años y está ingresado en el hospital Sadar. Tiene dermatosis post kala azar (o PKDL, por sus siglas en inglés), una complicación que aparece en pacientes que ya han recibido tratamiento para el kala azar. Chandeshwar fue tratado hace tres años con estibogluconato de sodio, un medicamento con el que históricamente se ha tratado la leishmaniasis visceral pero que no es efectivo en India porque un 65% de los pacientes ha desarrollado resistencias al mismo. Recientemente, el Ministerio de Salud indio ha dado muestras de querer abandonar su uso.
La PKDL no es un riesgo para la salud del paciente pero produce importantes erupciones cutáneas que pueden afectar a su calidad de vida y por esa razón acuden al hospital. Actualmente, el tratamiento de la PDKL es muy largo y los pacientes, como Chandeshwar, tienen que estar en el hospital durante tres cursos de tratamiento de 20 días cada uno. Aún así tratar a los pacientes es muy importante para frenar la propagación de la enfermedad. Las lesiones de la piel son un reservorio del parásito. Si no se trata, la mosca de arena, el insecto que transmite la enfermedad, puede seguir infectando a nuevas personas más fácilmente, explica el Dr. Deepak, mientras pasa la ronda en el hospital.
Tratar a los pacientes coinfectados con VIH tampoco es fácil. Las dos enfermedades influyen una en la otra: el kala azar disminuye las defensas de un paciente VIH-positivo, aumentando el riesgo de contraer infecciones oportunistas, y los pacientes seropositivos son más susceptibles de contraer kala azar. Además, el tratamiento es menos efectivo. Cuando tratamos a un paciente coinfectado de VIH y kala azar con LAmB, sabemos que el riesgo de recaída es mucho más alto que en un paciente de kala azar simple, concluye el Dr. Deepak.
Tratamiento ambulatorio con LAmB
Bilanpur es un pueblo de 10.000 habitantes, rodeado de campos de arroz. Allí vive Vinod, de 15 años, con sus siete hermanos y sus padres. Vinod empezó a encontrarse mal hace unas semanas y ahora está recibiendo tratamiento de kala azar de forma ambulatoria en la centro de salud de Lalgang. Para él y su familia es más sencillo acudir al centro de salud cada dos días para recibir la dosis de LAmB que estar ingresado en el hospital Sadar, que queda muy lejos de su casa.
Como Vinod, Kamli, de 50 años, también se está tratando de forma ambulatoria. Kamli tardó seis meses en ser diagnosticada de kala azar y recibir tratamiento gratuito. Hasta entonces, visitó a varios médicos privados y tuvo que pedir dinero prestado para hacer frente a los costes. El caso de Kamli no es una excepción.
La gran mayoría de las personas infectadas con kala azar son pobres y no tienen recursos para luchar contra la enfermedad. No pude devolver el dinero, así que he tenido que hipotecar los dos trozos de tierra que tenía. Soy una persona enferma y no tenemos suficientes alimentos para comer, concluye Kamli. En Vaishali, MSF trabaja para cambiar esta situación y que los enfermos tengan acceso gratuito a un diagnostico y tratamiento que en la mayoría de casos les salva la vida.