Médicos Sin Fronteras ha puesto en marcha una respuesta de emergencia en las áreas más afectadas por las inundaciones en el estado de Bihar, India.
Tres equipos formados por médicos y otro personal sanitario se centrarán en proporcionar atención médica a la población afectada por las inundaciones. En un primer momento, los equipos viajaran a diferentes áreas de Araria, para poder llegar al mayor número de personas rápidamente. También se distribuirán materiales de primera necesidad a los más afectados por las inundaciones. De momento, MSF ha enviado cuatro camiones con 15.000 lonas impermeables, 4.000 mantas, 15.000 bidones y pastillas para clorar el agua.
El Primer Ministro ha declarado las inundaciones una calamidad nacional y ha pedido apoyo humanitario a las organizaciones internacionales. El pasado 20 de agosto, una grieta en el muro de contención del río Kosi en Nepal provocó las inundaciones. La rotura ha forzado al agua del río a tomar otra ruta por la zona este del distrito de Supaul, en India. El Gobierno estima que unos cinco millones de personas han sido afectadas por las inundaciones y un millón de personas se ha desplazado. No son las inundaciones típicas del monzón. El problema es que el río Kosi ha cambiado su curso y los pueblos y las autoridades no están preparadas para este tipo de crisis. No ha habido preparación para la gestión del desastre y las autoridades han pedido a MSF y otras organizaciones ayuda para afrontar esta situación, afirma Mari Carmen Viñoles, coordinadora general de MSF en India.
Las fuertes corrientes en las regiones inundadas sólo permiten el paso de embarcaciones a motor para evacuar a la gente de forma segura. De momento, sólo han sido evacuadas 200.000 personas ya que hay pocos barcos a motor disponibles. La falta de estas embarcaciones también ha provocado que sea muy difícil evaluar la situación por agua, por lo que hay pocos datos disponibles sobre el número de personas que han muerto o que esperan ser rescatadas. Algunas zonas siguen estando totalmente aisladas y en los campos improvisados, los supervivientes explican historias de pueblos enteros destrozados por las aguas donde no ha habido supervivientes. Estas zonas se están empezando a enfrentar a la escasez de alimentos. En los últimos días, fuertes lluvias han complicado todavía más las tareas de ayuda.
Las personas desplazadas se están refugiando en campos temporales a la intemperie en terraplenes y al borde de la carretera. Mucha gente no tiene refugio adecuado y, debido a que la prioridad son las operaciones de búsqueda y rescate, hay poca organización en estos campos. Además, no hay suficiente agua potable disponible en los campos y muchas personas están bebiendo de los ríos, donde es agua no es potable. Se estima que unas 400.000 personas más llegarán a los campos en los próximos días.
El Gobierno se está concentrando en las operaciones de búsqueda y rescate, lo que significa que hay menos atención a la situación de salud en los campos. Aunque hay presencia médica en la mayoría de los campos, no es suficiente para hacer frente a un desastre de esta magnitud y hay poca coordinación. De momento, no ha habido brotes epidémicos pero debido al hacinamiento y la falta de organización en los campos, es fácil que se den estos brotes. MSF está monitorizando la situación.
Las necesidades más inmediatas para la población son comida, plástico para hacer refugios, pastillas para purificar el agua, utensilios de cocina, bidones y kits de higiene. Para prevenir enfermedades entre la población son esenciales las sales de rehidratación oral y la asistencia médica.