Seis psicólogos japoneses trabajan desde hoy con los equipos móviles de MSF en las prefecturas de Miyagi e Iwate, seriamente afectadas por la catástrofe del pasado 11 de marzo. Hasta la fecha, MSF ha realizado más de 1.000 consultas médicas entre los damnificados.
Las clínicas móviles organizadas por MSF en las zonas siniestradas poco después del terremoto determinaron que, si bien las necesidades en salud estaban siendo cubiertas por la respuesta médica local, la asistencia en salud mental podía reforzarse. Aunque algunas personas tienen sus propios mecanismos de respuesta y pueden asumir la situación en que la catástrofe les ha dejado, otros tienen muchas dificultades para superarlo, explica Ha Young Lee, coordinadora del equipo de psicólogos de MSF que llegó hoy martes a la zona siniestrada.
Las personas pueden sufrir recuerdos intrusivos, flashbacks y pesadillas. Pueden retraerse y no comunicar lo que les ocurre. Algunos incluso pueden ser incapaces de conciliar el sueño o comer, todo ello puede convertir a alguien en una persona muy diferente de la que solía ser, y esto provocar un gran sufrimiento, explica Ha Young, que coordina a los seis facultativos de la Asociación Japonesa de Psicólogos Clínicos que integran el equipo de salud mental de MSF.
El equipo, que permanecerá en la zona siniestrada entre dos y tres semanas, se centrará en primer lugar en niños y ancianos, y comprobará qué mecanismos de respuesta están ya en marcha entre los damnificados. Los niños son especialmente vulnerables, puede resultarles muy difícil comprender lo que está ocurriendo y no disponen de mucho espacio para expresar libremente sus emociones. Han perdido el espacio para aprender y para jugar, señala.
Asistencia médica adaptada a las necesidades
Inmediatamente después de producirse la catástrofe, MSF puso en marcha un dispositivo de respuesta basado en equipos de pequeño tamaño pero de gran movilidad y flexibilidad, formado por un total de 12 personas. Gracias a este despliegue, MSF pudo identificar bolsas de damnificados a las que el masivo esfuerzo nacional de ayuda no había llegado, con lo que se iniciaron las clínicas móviles.
El principal problema identificado fue la interrupción del tratamiento en pacientes con enfermedades crónicas, que perdieron sus medicamentos y prescripciones. Desde que comenzó esta intervención, MSF ha realizado más de 1.000 consultas médicas en Minami Sanriku (prefectura de Miyagi) y en Taro (prefectura de Iwate), en su mayoría pacientes de más de 60 años de edad con problemas de hipertensión, diabetes e infecciones respiratorias.
MSF seguirá evaluando la situación en las dos prefecturas donde ofrece asistencia con el fin de adaptar sus actividades a las necesidades que se vayan presentando.