Recibieron disparos mientras intentaban huir, causando la muerte de varias personas. 25 heridos fueron derivados al Hospital General de Bani Walid.
Los sobrevivientes, en su mayoría adolescentes de Eritrea, Etiopía y Somalia que intentaban solicitar asilo en Europa, informaron que se encontraban en las garras de los traficantes de personas que los habían vendido en múltiples ocasiones en Bani Walid y Nesma.
En el Hospital General de Bani Walid, el equipo de MSF apoyó al personal del hospital para brindar atención médica a las 25 personas heridas. De ellos, 18 sufrieron lesiones menores y recibieron primeros auxilios y vestimenta, mientras que 7 fueron hospitalizados para recibir cuidados adicionales debido a graves heridas de bala y fracturas múltiples.
Los sobrevivientes dijeron a MSF que al menos 15 personas murieron y 40, la mayoría mujeres, no pudieron escapar. Algunos de los sobrevivientes dijeron a los equipos de MSF que habían estado cautivos por 3 años.
Los cuerpos con cicatrices, las marcas visibles de quemaduras eléctricas y las viejas heridas infectadas brindan una idea de la terrible experiencia que han sufrido. Las personas están traumatizadas y la mayoría son menores no acompañados.
Un grupo de personas que trabaja en un hospital público en la ciudad de Bani Walid, el municipio, miembros de organizaciones de la sociedad civil, ancianos y miembros de las fuerzas de seguridad, entre otros, reaccionaron rápidamente y jugaron un papel importante para proteger a las personas que escaparon mientras eran perseguidas por sus captores y hombres armados que buscan volver a secuestrarlos.
Bajo la supervisión de las fuerzas de seguridad locales de Bani Walid, los sobrevivientes fueron trasladados a una instalación de seguridad en Bani Walid. La mañana siguiente, el 24 de mayo, fueron trasladados a centros de detención en Trípoli. Los equipos médicos de MSF en Trípoli están brindando consultas médicas y han derivado al hospital a 14 pacientes gravemente heridos con heridas de bala y varias fracturas.
«Se deben tomar todas las medidas necesarias para garantizar que los pacientes sean capaces de acceder al tratamiento que requieren y para proteger a estas personas extremadamente vulnerables de sufrir un daño mayor después de sobrevivir a tales atrocidades. La detención arbitraria no puede ser una solución. Necesitan urgentemente protección y asistencia «, declaró Christophe Biteau, jefe de misión de MSF.
Este es otro ejemplo de los horrores que siguen sufriendo muchos migrantes y refugiados durante su paso por Libia. Los equipos de MSF no tienen acceso a las cárceles clandestinas en Bani Walid y no saben cuántas personas siguen detenidas en ellas, pero el secuestro para conseguir un rescate sigue siendo un negocio próspero que es impulsado por las políticas de la UE, destinadas a criminalizar a migrantes y refugiados para impedirles llegar a las costas europeas a cualquier costo.
En Bani Walid, en colaboración con una asociación local, MSF sigue brindando en promedio alrededor de 100 consultas por mes, tantas como el año pasado.
Médicos Sin Fronteras (MSF) lleva un año trabajando en Bani Walid, una región donde el secuestro de migrantes y refugiados y el uso de la tortura para conseguir un rescate es generalizado, para apoyar a los actores libios, igual de horrorizados por la situación como nosotros, y a quienes están proporcionando asistencia a las personas que logran escapar de estos lugares de terrible cautiverio. MSF realiza consultas médicas en colaboración con una organización local (Assalam) para esta población extremadamente vulnerable, a menudo física y mentalmente quebrantada, y organiza referencias médicas para los casos más graves.
MSF trabajó en centros de detención nominalmente bajo la autoridad del Ministerio del Interior y su agencia de lucha contra la inmigración ilegal (DCIM) en Trípoli, Khoms y Misrata.