Los equipos en Bengasi, al este de Libia, y en la frontera tunecina buscan nuevas formas de enviar medicamentos y materiales para responder a las necesidades de la población y a las peticiones de ayuda de personal sanitario desde zonas del país afectadas por el conflicto.
Desde que el primer equipo de MSF pudo entrar en Libia cruzando la frontera con Egipto el 24 de febrero, la organización ha estado donando suministros médicos y evaluando la situación en varios centros sanitarios de la ciudad de Bengasi y localidades cercanas como Brega y Ajdabiya, al este del país.
Hasta el momento, MSF ha suministrado a la farmacia central de Bengasi 22 toneladas de medicamentos, kits de tratamiento de quemados, materiales para curas, suturas y fijaciones externas para fracturas. Otras 11 toneladas de suministros están en camino desde Egipto hacia Bengasi, donde los combates han provocado un aumento de las necesidades médicas y escasez de materiales y medicamentos.
El equipo de MSF está intentando llegar al disputado enclave petrolero de Ras Lanuf y otras zonas conflictivas para poder evaluar la situación, pero los combates siguen haciendo el acceso totalmente imposible mientras que desde varios emplazamientos han llegado solicitudes médicas de apoyo. El pasado 6 de marzo, un equipo de MSF que había salido hacia Ras Lanuf, al oeste de Bengasi, no pudo llegar a su destino debido a la extrema inseguridad. La organización está haciendo todo lo posible para suministrar más medicamentos y materiales a las zonas afectadas por la violencia, por vía terrestre o marítima.
Apoyo quirúrgico en Ajdabiya
En la ciudad de Ajdabiya, a unos 160 kilómetros de Bengasi, 30 heridos ingresaron en el único hospital de la ciudad el pasado 2 de marzo, de los cuales 11 fallecieron. Al día siguiente, personal quirúrgico de MSF pudo llegar a dicho centro hospitalario, constatando que pese a las dificultades se había podido gestionar el flujo de pacientes y cubrir sus necesidades.
Sin embargo, una segunda oleada de heridos llegó al hospital de Ajdabiya tras los últimos combates al oeste de Ras Lanuf. En un solo día fueron ingresadas 50 personas, de las cuales 10 tuvieron que ser operadas, todas ellas por heridas de bala. Una enfermera de quirófano de MSF asistió a los cirujanos del hospital durante estas intervenciones a lo largo de toda la noche.
Situación en la frontera tunecina
Desde el 23 de febrero, otro equipo de MSF se encuentra desplegado en la frontera con Túnez, al oeste de Libia, preparado para enviar más materiales y personal médico en cuanto se permita su entrada en el país.
Se estima que unas 94.000 personas han abandonado Libia a través de la frontera tunecina en los últimos días. Sin embargo, desde el 3 de marzo se ha observado un descenso del flujo de gente que sale del país, pasando de entre 8.000 y 14.000 personas diarias a una media de unas 2.500 al día en la actualidad.
Aunque la mayor parte de las necesidades de las personas en tránsito están siendo cubiertas por otras organizaciones y las autoridades tunecinas, el pasado 4 de marzo el equipo de MSF en la frontera inició un programa de atención de salud mental, tras detectar esta necesidad entre la población desplazada. Muchas gente que ha huido de Libia ha sido testigo o ha vivido en primera persona episodios muy violentos y ahora se enfrenta a un futuro incierto.
En paralelo, MSF está siguiendo la situación desde la frontera y está preparada para dispensar asistencia médico-humanitaria en Libia. Según algunas informaciones, no se permite la salida de heridos del país. En efecto, se han reportado muy pocos casos de heridos que hayan conseguido cruzar la frontera, mientras equipos sanitarios y suministros están bloqueados al otro lado.