En la Conferencia Internacional sobre el Sida en Durban, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha instado a los actores mundiales en materia de VIH a que desarrollen e implementen un plan de acción para combatir la grave falta de acceso al tratamiento del VIH que existe en los países de África occidental y central, donde la cobertura se mantiene por debajo del 30%. Esta petición se debe a que los nuevos datos obtenidos por MSF relativos al sur de África sugieren que la aplicación de las directrices sobre tratamiento antirretroviral de la OMS es factible, pero se requiere una divulgación dirigida por la comunidad para realizar pruebas y vincular a las personas que viven con el VIH con la atención sanitaria, y apoyarlas en el tratamiento de por vida.
En varios países de África occidental y central, esta situación recuerda a la petición que ya hizo MSF en Durban en el año 2000 para ampliar el acceso a medicamentos antirretrovirales asequibles en Sudáfrica, donde cada vez son más las personas que logran vivir una vida larga y saludable gracias al tratamiento. Como hemos visto, el apoyo civil y comunitario, junto con la provisión de medicamentos asequibles, desempeñan un papel fundamental a la hora de garantizar que las personas reciban y se mantengan en tratamiento antirretroviral. La imposibilidad de llegar a la gente de las regiones desatendidas pone en riesgo los objetivos globales de alcanzar los 30 millones de personas en tratamiento para 2020 y así lograr los objetivos 90-90-90 de ONUSIDA. *
En el proyecto de MSF en Suazilandia, los datos de nueve centros de salud en el distrito rural de Nhlangano mostraron que de las personas que iniciaron el tratamiento con un recuento de células CD4 por encima de 500, el 90% seguían en tratamiento después de seis meses. En el proyecto de MSF en la provincia de KwaZulu-Natal (KZN), en Sudáfrica, se observó que al ofrecer tratamiento, incluyendo a las personas con mayores recuentos de CD4, más del 80% de la gente permaneció en tratamiento al cabo de doce meses, independientemente de si lo habían iniciado con un recuento de CD4 por debajo o por encima de 350. Las tasas de inicio se mantuvieron estables en las personas con niveles de CD4 por debajo de 350. Estos hallazgos sugieren que los nuevos pacientes aptos iniciarán y permanecerán en tratamiento antirretroviral si se les ofrece la oportunidad, y ello no perjudicará a las personas más enfermas a la hora de acceder a atención sanitaria.
Sin embargo, realizar pruebas, ofrecer tratamiento a las personas y garantizar el cumplimiento terapéutico de por vida no será posible sin las actividades externas que tienen como objetivo realizar pruebas a las personas antes de que padezcan la enfermedad. Las estrategias de realización de pruebas a la comunidad dirigidas por MSF en KZN son particularmente eficaces para llegar a las personas que se someten a una prueba por primera vez, incluyendo estudiantes, mujeres jóvenes en riesgo de infectarse por el VIH y hombres jóvenes que puede que no asistan a centros de salud. La realización de pruebas puerta a puerta por parte de los trabajadores sanitarios de la comunidad permite llegar a personas de todas las edades, e incluso puede ser menos costoso que las pruebas que se llevan a cabo en las instalaciones. Cabe destacar que las personas diagnosticadas en instalaciones móviles y autónomas en 2015 tenían recuentos medios de CD4 superiores (462 células/mm³), en comparación con las diagnosticadas en los centros (363 células/mm³).
“La atención al paciente funciona en efecto dominó: toda la comunidad se involucra en la realización de pruebas a las personas de los lugares donde viven y trabajan y se aseguran de que una persona que da positivo inicie el tratamiento y reciba apoyo para mantener el cumplimiento terapéutico de por vida con niveles reducidos del virus”, declaró Musa Ndlovu, coordinador de terreno adjunto de MSF en KwaZulu-Natal.
“Los trabajadores no profesionales en las comunidades y las instalaciones son el elemento que lo mantiene todo unido, y mejoran tanto la calidad de la atención como el acceso. Necesitamos gobiernos que garanticen que se emplee a un equipo de personas no profesionales, que se mantenga y expanda por toda la región, para realizar pruebas, y proporcionar un tratamiento inicial y apoyo al cumplimiento terapéutico de todos los que lo necesitan”.
Si bien las políticas y prácticas para el empleo de trabajadores no profesionales varían ampliamente, cuando estos no están presentes en el sistema de salud, el impacto es sustancial. Después de que los asesores no profesionales se retiraran de las instalaciones en la provincia de KwaZulu-Natal en dos tandas durante el año 2015, el número medio mensual de pruebas del VIH llevadas a cabo en las instalaciones a las cuales presta apoyo MSF en Eshowe/Mbongolwane se redujo en un 25% y un 13%, respectivamente. El número de personas nuevas que iniciaron el tratamiento en la zona también se redujo en un 20% en 2015.
La adopción de estrategias basadas en la comunidad podría ayudar a ampliar la cobertura en África occidental y central, donde apenas una de cada cuatro personas de los 6,5 millones con el VIH que hay en la región tiene acceso a tratamiento. Cerca de un tercio de las muertes causadas por el sida en todo el mundo se producen en esta región, y con el fin de lograr el objetivo global de alcanzar los 30 millones de personas con tratamiento en 2020 —acordado por todos los gobiernos en la ONU en junio— 13 millones de personas más deben recibir tratamiento, un tercio de las cuales vive en África occidental y central.
En un hospital de Kinshasa, República Democrática del Congo, donde trabaja MSF, una cuarta parte de las personas con VIH llegan demasiado enfermas para poder ser salvadas, y el 39% de ellas muere al cabo de 24 horas de ser ingresadas en el centro. En República Centroafricana, aunque se cree que la prevalencia nacional del VIH está por debajo del 5%, el 84% de las muertes que se producen en el hospital de Beberati donde trabaja MSF están relacionadas con el VIH, mientras que en el norte del país, en Ndele, Kabo y Batangafo, los equipos de MSF notifican tasas de seropositividad de un 33% en el nivel de asesoramiento y pruebas voluntarias (APV) de VIH.
Según el Dr. Eric Goemaere, coordinador de la unidad de VIH/TB para la unidad médica del sur de África de MSF, “la situación del VIH en África occidental y central nos recuerda aquellos tiempos terribles, hace más de una década en el sur de África, en que las personas morían y no había ningún tratamiento disponible. Ahora existen soluciones para cerrar esta brecha y poder tratar a la gente de forma masiva; pero si queremos acercarnos a los objetivos de tratamiento global, necesitamos un refuerzo a gran escala para la región de África occidental y central. En un momento en el que hay tantos millones de personas en tratamiento, el derecho de acceso a este tratamiento que salva vidas no debe depender del lugar donde viven las personas. No podemos abandonarlas”.
* Los objetivos 90-90-90 establecidos por ONUSIDA apuntan a que, en 2020, el 90% de las personas que vivan con el VIH conozcan su estado serológico; el 90% de esas personas reciban tratamiento antirretroviral; y el 90% de las que reciben tratamiento hayan alcanzado niveles “indetectables” del virus en la sangre (supresión viral).
MSF proporciona tratamiento antirretroviral a las personas que viven con el VIH/sida desde el año 2000, y actualmente apoya el tratamiento del VIH de casi 247.000 personas en 19 países.