Antirretrovirales para el VIH
Logro: bajar el precio drásticamente gracias a los genéricos
Hace veinte años atrás, el precio que se cobraba por el cóctel triple de medicamentos para tratar el VIH se encontraba por encima de los 10.000 dólares anuales por persona, debido a los monopolios de las patentes. Actualmente, gracias a la competencia de los fabricantes de medicamentos genéricos el mismo tratamiento está disponible por menos de 100 dólares anuales por persona.
Esto permitió la ampliación del tratamiento: en el año 2000 el 1% de las personas con VIH tenían acceso al tratamiento en países de renta media y baja, para 2017 la cobertura mundial del tratamiento aumentó al 59% (¡estamos hablando de alrededor de 20 millones de personas que están ahora bajo tratamiento!).
Desafíos:
Sin embargo, actualmente nos enfrentamos con falta de innovación en medicamentos pediátricos (aptos para bebés y niños), falta de acceso en medicamentos de segunda y tercera línea para personas cuyo tratamiento inicial no funciona, y medicamentos para infecciones oportunistas relacionadas con el sida. Todavía mueren demasiadas personas a causa de esta enfermedad tratable.
Diagnóstico y medicamentos contra la tuberculosis
Logro: nuevos medicamentos
A pesar de los avances recientes en nuevos medicamentos y diagnósticos para la tuberculosis, el progreso ha sido lento para la ampliación del tratamiento de la principal enfermedad infecciosa mortal en el mundo. En los últimos años, se aprobó el uso de dos nuevos medicamentos (bedaquilina y delamanid) y de un poderoso dispositivo de análisis de diagnóstico (GeneXpert), terminando con las largas décadas de brecha en innovación.
Desafíos:
Sin embargo, el acceso y el uso de estas nuevas herramientas está rezagado, al igual que la investigación y desarrollo (I+D) continua de tratamientos más rápidos, seguros y simples para todas las formas de tuberculosis, incluida la tuberculosis resistente a los medicamentos, que se ha convertido en una importante amenaza para la salud pública. Con el pasar de los años, se han asumido varios compromisos políticos, incluida la declaración de la primera Reunión de alto nivel de la ONU sobre la tuberculosis en 2018. Pero falta que estos compromisos se pongan en práctica. Los gobiernos tienen la responsabilidad colectiva de hacer que una mayor cantidad de personas se realicen pruebas y reciban tratamiento rápidamente, y de movilizar la investigación y desarrollo (I+D) y el acceso a nuevas herramientas.
Medicamentos contra la hepatitis C
Logro: reducir el precio venciendo al monopolio
Más de 70 millones de personas en el mundo sufren una infección crónica por el virus de la hepatitis C (VHC). En 2016, solo alrededor de 2 millones de personas recibieron tratamiento. Después de muchos años de medicamentos ineficaces, surgió un importante avance para su cura, pero a un precio escandaloso. En 2013, Gilead Sciences comenzó a cobrar 1.000 dólares por comprimido por su nuevo medicamento contra la hepatitis C, llamado sofosbuvir, mientras que en 2015, Bristol-Myers Squibb comenzó a cobrar 750 dólares por pastilla por su nuevo medicamento, daclatasvir. Esto llevó a un precio de 147.000 dólares por persona para un solo tratamiento de tres meses con ambos medicamentos.
Siguiendo una estrategia similar a la utilizada con los medicamentos para el VIH una década atrás, Médicos Sin Fronteras (MSF) y otras organizaciones de la sociedad civil trabajaron arduamente para vencer a los monopolios y encontrar maneras de reducir el precio de estos medicamentos. En 2017, MSF anunció que se había podido comprar el mismo tratamiento de tres meses a un precio de 120 dólares, lo cual permitía la ampliación del tratamiento en países seleccionados (junto con protocolos simplificados de diagnóstico y tratamiento).
Desafío:
Sin embargo, en muchos países, este tratamiento sigue sin estar disponible para la mayoría de las personas que lo necesitan, particularmente en países de renta media y alta, donde las empresas siguen cobrando precios inasequibles que representan una carga para los sistemas de salud estatales.
Tratamientos para el Ébola
Logros: vacuna y tratamientos en fase de investigación
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha respondido a brotes del virus del Ébola desde los años ochenta. En ese entonces, lo único que nuestros equipos médicos podían hacer era aislar a los pacientes para detener la propagación de las infecciones y aliviar el sufrimiento de los pacientes hasta su muerte. No había tratamientos disponibles, lo que MSF llamó a inicios de los años noventa como el “desequilibrio mortal” en el que solo el 1% de los nuevos medicamentos eran para enfermedades olvidadas.
Cuando el Ébola azotó África occidental en 2014, este olvido mortal se visibilizó fuertemente en todo el mundo, pero MSF y otras entidades aún carecían de recursos para tratar o prevenir la enfermedad.
Actualmente contamos con vacunas y tratamientos prometedores en fase de investigación, como también nuevas instituciones y financiamiento a nivel mundial que se enfocan en la investigación y desarrollo (I+D) de mejores herramientas para responder a los brotes de Ébola y otras enfermedades infecciosas emergentes.
Desafíos:
Pero dichas respuestas colectivas deben respaldarse y acelerarse, y deben asegurar el desarrollo de herramientas vitales, que estén disponibles y sean asequibles para las personas que más las necesitan.
Cura para la enfermedad del sueño
Logro: tratamiento simple de una sola pastilla
Hace veinte años nuestros médicos necesitaban inyectar un medicamento con base de arsénico potencialmente mortal, denominado melarsoprol, para salvar la vida de las personas que tenían la enfermedad del sueño (Trypanosoma brucei gambiense). El medicamento causaba tanto dolor en la administración que algunos pacientes lo llamaban “fuego en las venas”, y era tan tóxico que uno de cada 20 pacientes moría durante el tratamiento. MSF ayudó a desarrollar un mejor tratamiento denominado NECT, que consta de una combinación de medicamentos existentes desarrollados para otras enfermedades, pero aún así era muy complicado de administrarlo. Hace poco, una nueva pastilla oral individual, denominada fexinidazol, fue desarrollada y aprobada por nuestra organización aliada, la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi). Este nuevo medicamento ya no requiere que los pacientes se sometan en primera instancia a una punción lumbar para obtener un diagnóstico y también se puede administrar a las personas que ya padecen esta enfermedad mortal.