La organización médica internacional, Médicos Sin Fronteras (MSF), alerta que los medicamentos retrovirales (ARV, por sus siglas en inglés) no están llegando a los pacientes en África Subsahariana, a pesar de que hay existencias suficientes en estos países. Por este motivo, MSF solicita mejoras urgentes en la cadena de suministro de ARV en la región.
El informe de MSF “Estantes vacíos, vuelva usted mañana – El agotamiento de las existencias de ARV socava los esfuerzos de la lucha contra el VIH” presentado en la Conferencia Internacional sobre Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual en África se basa en encuestas realizadas en Sudáfrica, Mozambique, Malaui y República Democrática del Congo (RDC). Este estudio muestra que la ruptura de stocks se debe a la incapacidad de las cadenas de distribución de antirretrovirales para hacerlos llegar a su punto final. Los fármacos están disponibles en los países pero no llegan a las clínicas periféricas a causa de procedimientos engorrosos, problemas logísticos o falta de recursos.
“No podemos arreglar aquello que no vemos. La mayor parte de la ruptura de las existencias ocurre en silencio y los pacientes vuelven a casa con las manos vacías o con tratamientos por debajo de lo óptimo. Las carencias de medicinas en el ámbito nacional e internacional consiguen llamar la atención de donantes y gobiernos, pero la disponibilidad de fármacos en centros de salud locales no se controla de forma rutinaria y, por tanto, no se puede actuar en consecuencia, incluso aunque estos fallos sucedan regularmente y afecten a un gran número de personas”, explica Tinne Gils, farmacéutico regional de MSF.
Las encuestas nacionales realizadas en Sudáfrica durante dos años seguidos muestran que entre el 20 y el 25% de los centros de salud locales no fueron capaces de dispensar la cantidad completa de medicamentos para el VIH y la tuberculosis (TB). En el 80% de los casos, la medicación estaba disponible en el país pero no había llegado a las farmacias de las clínicas. En Kinshasa, República Democrática del Congo, el 77% de los centros locales de salud encuestados sufren falta de existencias al menos una vez cada tres meses. En Mozambique, el 47% de las 17 clínicas consultadas en la capital, Maputo, y en la provincia rural de Tete, habían experimentado la mismas carencias.
Malaui es el único caso donde los medicamentos retrovirales llegan a su punto final demostrando que es posible, incluso en entornos de escasos recursos, que la cadena de distribución funcione. Sin embargo, igual que sucede en los tres países analizados, Malaui sufre crisis agudas periódicas de falta de existencias por cambios en los regímenes estándar de tratamientos o por el incremento de la demanda de fármacos específicos.
El informe muestra que mejorar la distribución de medicinas para su llegada a la meta final requerirá un acuerdo entre donantes internacionales y los propios países. No obstante, también se pueden tomar medidas sencillas de emergencia que contribuyan a reducir con celeridad el impacto de la falta de stocks en los pacientes. Por ejemplo, las personas con VIH en Sudáfrica y Mozambique han empezado a controlar la disponibilidad de medicinas a nivel clínico, alertando a los gobiernos centrales de la falta de existencias.
“El sistema necesita mejorar porque no podemos luchar con el VIH sin medicinas. Para proteger la salud individual y reducir la transmisión de VIH en las comunidades, los tratamientos antiretrovirales deben tomarse de por vida, sin interrupciones. Pero, ¿cómo pueden esperar los pacientes seguir con sus tratamientos si los fármacos no están disponibles cuándo y dónde las necesitan?”, cuestiona el doctor Gilles Van Cutsem, coordinador médico de MSF en Sudáfrica. “Reparar la cadena de suministro en su meta final y evaluar el acceso son condiciones básicas para que los países puedan controlar la aparición de resistencias al tratamiento antirretroviral actual, acelerar la lucha contra el VIH y poner la epidemia bajo control”.
En Sudáfrica, los datos del informe han sido recogidos en colaboración con la sociedad civil y se han basado en una gran muestra nacional de clínicas durante dos años consecutivos. En Mozambique, Malaui y RDC la panorámica que muestra los datos fue posible a partir de la colaboración con las autoridades.