Tras el trágico rescate de la semana pasada, la triste realidad en la frontera sur de Europa no ha cambiado: la normalización de las políticas de disuasión y no asistencia en el mar, así como el desmantelamiento del sistema de búsqueda y rescate a favor de los retornos forzosos, siguen generando sufrimiento y pérdidas de vidas.
Las cifras, que representan vidas humanas, son escandalosas. Entre 2017 y 2021, al menos 8.500 personas murieron o desaparecieron y 95.000 fueron devueltas forzosamente a Libia, incluidas 32.425 personas solo en 2021 (el mayor número de devoluciones forzadas registradas hasta la fecha). En Libia, las personas rescatadas se enfrentan a tratos degradantes como extorsión, tortura y, con demasiada frecuencia, la muerte.
“Los Estados europeos no están proporcionando una capacidad proactiva y adecuada de búsqueda y rescate y, en cambio, refuerzan la capacidad de la guardia costera libia que sin duda apoya los retornos forzados a Libia, donde la detención y el abuso son la norma. La presencia de Médicos Sin Fronteras en el Mediterráneo Central es el resultado directo de la retirada progresiva y vergonzosa de la capacidad naval proactiva de búsqueda y rescate en el mar Mediterráneo liderada por los Estados europeos» afirma Juan Matias Gil, nuestro jefe de misión en el Geo Barents.
© Anna Pantelia/MSF.
Los horrores que experimentan las personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes en Libia, ya sea antes de su intento de cruzar el Mediterráneo central o después de haber sido devueltas por la fuerza, a menudo son inimaginables. Basándose en los testimonios de las personas rescatadas por nuestros equipos, que han encontrado el coraje de compartir sus historias, hemos documentado el impacto brutal y los relatos desgarradores de la violencia infligida a miles de hombres, mujeres, niñas y niños atrapados entre el mar y Libia.
“La policía, la guardia costera, el ejército… nunca se preocupan por nosotros. Me pegaban mucho, te pegaban todos. Hasta que te desmayaras. Hasta que te derrumbaras. Tantos castigos severos en ese país […] ¿Por qué la Unión Europea apoya a esta gente? Dije ‘Dios, por favor ayúdame’. Si Nigeria fuera seguro, no estaría en esta tierra. Entonces, cuando me estaba preparando para esta tercera vez (realizando el viaje), dije ‘Dios, preferiría morir en el mar que regresar a los centros de detención de Libia’. Lloré, lloré. Entonces, por tercera vez, abordé otro bote”, cuenta un hombre de 25 años de Nigeria.
Según los testimonios de las personas sobrevivientes recopilados a bordo, de los reportes de no menos de 620 eventos violentos compartidos con nuestra organización por los sobrevivientes rescatados, el 84% ocurrieron en Libia, y el 68 % de ellos supuestamente ocurrió dentro del año anterior a su rescate. Un número significativo de estos hechos ocurrió después de haber sido interceptados por la guardia costera libia y posteriormente encerrados en centros de detención.
Las personas sobrevivientes informaron que los perpetradores eran guardias en los centros de detención (34%), la guardia costera libia (15%), la policía militar o no estatal (11%) y contrabandistas/traficantes (10%). Nuestros equipos también documentaron niveles significativos de violencia contra mujeres, niñas y niños: el 29% eran menores, el más joven tenía 8 años y el 18% de las víctimas eran mujeres.
“Las consecuencias de salud más prevalentes de los eventos violentos registrados estaban vinculadas a traumatismos cerrados, quemaduras, fracturas, lesiones en la cabeza, lesiones relacionadas con la violencia sexual, trastornos de salud mental. Otros incluyen discapacidad física a largo plazo, embarazos, desnutrición y dolor crónico,” explica Stephanie Hofstetter, líder de nuestro equipo médico a bordo del Geo Barents.
© Anna Pantelia/MSF.
Desde el comienzo de las operaciones de búsqueda y rescate del Geo Barents en junio de 2021, también hemos seguido presenciando la normalización de los enfrentamientos en el mar y la angustia que crea esta práctica. Nuestras solicitudes por lugares seguros para desembarcar a los sobrevivientes han sido negadas o ignoradas sistemáticamente por las autoridades maltesas; mientras que las peticiones a las autoridades italianas se han retrasado cada vez más. Los enfrentamientos en el mar no solo impiden el acceso rápido a una evaluación completa de las necesidades médicas y de protección, sino que también prolongan el sufrimiento de las personas sobrevivientes.
No solo es necesario, también es posible cambiar esta mortífera política migratoria. Europa ha demostrado en el contexto de la crisis en Ucrania que puede aplicar un enfoque humano a la migración forzada. La protección de la vida de todas las personas debe aplicarse independientemente de la raza, el género, el país de origen, las creencias políticas o religiosas, y debe darse un trato igualitario, con respecto a sus derechos y dignidad, a quienes buscan seguridad en las puertas de Europa.
Para obtener más información, accede a nuestro informe completo (en inglés) Un año del Geo Barents en el mar.