La migración en México alcanzó altos niveles de inseguridad. En ciudades como Reynosa y Matamoros, dos localidades de la frontera noreste de México, son cada vez más los casos registrados de violencia, abusos y ataques sobre personas migrantes.
Estas atrocidades que les ocurren en esta zona del país a quienes buscan bienestar y seguridad al otro lado de la frontera deben terminar.
“En los últimos meses hemos visto un aumento de hechos relacionados con afectaciones por secuestros y violencia sexual contra las personas migrantes. Nuestros pacientes nos cuentan que durante el cautiverio son maltratados, no reciben alimentación suficiente ni de calidad y la mayoría de las mujeres son víctimas de abusos sexuales y violencia”.
Pooja Iyer, coordinadora de nuestro proyecto en Reynosa y Matamoros
La grave situación de seguridad para las personas migrantes es una constante en toda la región. En Piedras Negras, Coahuila, nuestros equipos también han atestiguado los impactos de la violencia física y sexual contra esta población.
Los migrantes en México son víctimas de violencia y tratos inhumanos
Cada día en nuestros puntos de atención en la zona se repiten los testimonios de personas migrantes que han sufrido distintos hechos victimizantes.
En Reynosa y Matamoros, en el último trimestre del 2023 se registró un aumento del 70% de las consultas por violencia sexual con respecto al tercer trimestre del mismo año. Además, tan solo en enero de este año se atendieron 28 casos, una cifra que supera el registro de cada mes del año pasado.
Así mismo, persiste la búsqueda de atención por afectaciones relacionadas con los secuestros y la violencia, tanto en la ruta como en la frontera.
En el último trimestre de 2023 y enero de este año, los equipos de salud mental y trabajo social en Reynosa y Matamoros atendieron 395 casos de pacientes que fueron víctimas de violencia, así como 129 casos de consultas de personas que fueron secuestradas en la zona.
En Piedras Negras, los equipos atendieron durante el 2023 un total de 95 casos de violencia sexual y a 177 personas que fueron víctimas de algún tipo de violencia, incluyendo secuestro, heridas, golpes, amenazas, desaparición forzada de familiares derivadas de hechos de violencia durante el trayecto migratorio y en la frontera.
Las personas migrantes tienen miedo de cruzar el rio por los ahogamientos, los que tienen citas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) los devuelven o no los dejan pasar, quebrando su dignidad.
“Estos hechos tienen un grave impacto en la salud física y emocional de las personas. Las consecuencias van desde contusiones y traumatismos físicos, embarazos no deseados y contagios de enfermedades de transmisión sexual hasta desencadenar síntomas de ansiedad, depresión, estrés agudo y estrés postraumático, entre otros, que requieren atención integral e inmediata para evitar mayores afectaciones en el futuro. Al llegar, la mayoría está siendo rechazada, lo que desencadena en el colapso de las aduanas”.
Ryan Ginter, nuestro coordinador del proyecto en Piedras Negras
Frontera noreste de México: inseguridad, climas hostiles y falta de ayuda médica
A los graves riesgos de seguridad que enfrentan las poblaciones en movimiento en la frontera noreste se le suman:
- Climas extremos tanto en invierno como en verano.
- Limitaciones para acceder a albergues adecuados.
- Dificultades de acceso a alimentos, agua, suministros sanitarios.
- Escasa oferta de cuidados médicos y psicológicos.
En este ambiente hostil deben esperar indefinidamente a obtener una cita con las autoridades migratorias estadounidenses a través de la aplicación digital CBP One. Esta aplicación, que es una de las pocas vías legales que existen para acceder al derecho de asilo y protección en Estados Unidos, en realidad expone a los migrantes a una mayor incertidumbre y a experiencias de violencia inimaginables, que ponen en peligro sus vidas.
En estas ciudades del noreste de México se multiplican los testimonios de personas que llevan varios meses a la espera de la asignación de la cita para comenzar su proceso migratorio de manera regular en ese país.
“Eso sin contar con las personas que no tienen posibilidad de acceder a un teléfono adecuado para realizar el trámite, ni de asumir los costos económicos de la conexión a internet, o aquellas que no saben hablar castellano ni leer y escribir.
Pese a que sin duda ha representado un pequeño avance en el objetivo de organizar los flujos migratorios, esta herramienta ha mostrado ser insuficiente para gestionar los procesos de ingreso legal de las poblaciones que buscan bienestar y seguridad en ese país”, afirma Iyer.
Ante la gravedad de la situación que se vive en la frontera noreste, hacemos un llamado a las autoridades mexicanas y estadounidenses a que aumenten sus esfuerzos para atender integralmente a la población migrante frente a estos múltiples hechos de violencia, eviten la persecución y la devolución hacia zonas del sur del país.
También que amplíen las vías legales y brinden mejores espacios de albergue con servicios adecuados y dignos para estas personas.