Tras la decisión del Gobierno de Arabia Saudí de expulsar a trabajadores extranjeros en situación irregular, 154.837 etíopes ya han llegado al aeropuerto de Bole, en la capital del país, cargando las pertenencias que han podido rescatar en sacos, cajas de cartón y diferentes maletas. Regresan a casa, a la fuerza o por voluntad propia, desde Arabia Saudí, donde han vivido y desarrollado todo tipo de trabajos, como empleados domésticos o enfermeros. Algunos nacieron ya en Arabia, mientras que otros dejaron Etiopía cuando eran jóvenes.
Desde que empezaron las repatriaciones a mediados de noviembre de 2013, MSF han trabajado junto con otras organizaciones en los centros de recepción. Además de servicios de salud materna e infantil, la organización también proporciona la tan necesaria ayuda psicológica. En los puntos de recepción es vital contar con una atención médica inmediata ya que muchas personas necesitan asistencia urgente: algunas mujeres están a punto de dar a luz cuando llegan, otras están en su tercer trimestre de embarazo con complicaciones y necesitan atención inmediata. También estamos vacunando de sarampión y polio a menores no acompañados, ofrecemos apoyo psicológico a personas de todas las edades, y referimos los casos críticos a varios hospitales de Addis Abeba, explica el Dr. Jean François Saint-Sauveur, coordinador médico de MSF en Etiopía.
Sólo en las últimas cuatro semanas los equipos médicos de MSF han llevado a cabo 160 consultas de atención materna e infantil, 91 consultas pediátricas y han ofrecido sesiones de apoyo psicosocial individuales y de grupo a más de 18.128 personas. Sambera*, 22 años, llegó a Arabia Saudí tras sufrir abusos de varias personas, incluyendo a traficantes yemenís. (MSF también proporciona asistencia médica a los migrantes en los centros de detención de Yemen, la mayoría de ellos son etíopes). Sambera fue detenido en la frontera yemení, donde consiguió comprar su entrada a Arabia Saudí. Incluso después de mi llegada, no conseguí trabajar ni ganar dinero para ayudar a mi pobre familia en Etiopía; en vez de eso, fui encarcelado, golpeado y luego repatriado de vuelta a casa», dice Sambera.
Como Sambera y otros muchos, Yelem* de 15 años, ha atendido las sesiones de asesoramiento individual de MSF. A su llegada, Yelem estaba totalmente confundida, agresiva y desorientada, hablaba consigo misma, sonreía un momento y un minuto después lloraba amargamente. Yelem explicó que había trabajado en diferentes casas sin que le pagaran y que algunos de sus jefes abusaron físicamente de ella. Se fue a Arabia Saudí cuando solo tenía 10 años, ahora con 15, se siente perdida y confundida. Los psicólogos de MSF la han referido al Hospital Emanuel para que reciba tratamiento médico y psicológico especializado. La mayoría de retornados que atendemos sufren depresión severa, estrés postraumático o agudo, ansiedad generalizada y/o psicosis, dice Angelica Kokutona Wagna, psicóloga de MSF en Etiopía. La mayoría de retornados tienen entre 18 y 36 años y es necesario darles esperanza en el futuro, asegurándoles que recibirán apoyo psicosocial para ayudarles a reinstalarse en sus comunidades, añade Angelica.
La mayoría de los retornados tienen historias tristes que contar. MSF, conjuntamente con la Organización Internacional para las Migraciones y las autoridades etíopes siguen ofreciendo asistencia a estos grupos de población vulnerable para mejorar su situación hasta que se reúnen con sus familias.
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MSF trabaja en Etiopía de forma ininterrumpida desde 1984, llevando a cabo diferentes intervenciones médicas y nutricionales en todo el país.
*Hemos cambiado los nombres para proteger la identidad de las personas