Mientras que los enfrentamientos en la República Centroafricana continúan, miles de refugiados llegados a Camerún carecen de agua potable, abrigo y comida, según alerta la organización médica Médicos Sin Fronteras (MSF). La situación es similar para más de diez mil refugiados centroafricanos llegados en las últimas semanas a Chad.
« La población que se encuentra en Garoua-Boulaï y en otros campos que hemos visitados viven en condiciones inaceptables » explica Jon Irwin, coordinador de MSF en Camerún. En la pequeña localidad de Garoua-Boulaï, en el este del país, miles de personas viven bajo los árboles y no cuentan más que con la solidaridad de la comunidad musulmana de Camerún para alimentarse y vestirse. Su transferencia al campo de tránsito, situado a 45 kilómetros, se hace con cuentagotas continúa Irwin. En la actualidad, se estima en 4500 el número de personas en la población. MSF provee de ayuda médica de urgencia a esta población, deprimida, privada der lo más elemental, asustada y agotada psicológicamente.
MSF se inquieta de la lentitud de la atención a los refugiados en la población de Garoua-Boulaï, pero también en el sur del país, donde nuevos grupos de personas atraviesan la frontera desde la RCA. Nuestros equipos han sido informados de la presencia de grupos de refugiados desperdigados a lo largo de la frontera. Se estima que existe un mínimo de seis mil personas. Se ha dispuesto una clínica móvil en una de las localidades y se ha atendido a cerca de dos mil personas., dice Irwin.
La situación de los refugiados que tuvieron que huir hacia el norte del país y cruzar la frontera a Chad es igualmente desesperada. Alrededor de 13.000 personas están viviendo en campos improvisados en Sido, en el sur de Chad. La única distribución de comida recibida por parte del Programa Mundial de Alimentos (PMA) fue el 20 de enero, hace más de un mes. Y desde entonces han llegado más de ocho mil personas, que sólo han recibido unas galletas energéticas, explica Augustin Ngoyi, coordinador de programas de MSF. La población vive bajo los árboles en refugios improvisados y cuentan con sólo veinte letrinas y fuentes. En el centro de salud dispuesto por MSF, el 30% de los pacientes están afectados por malaria. 56 niños han sido tratados por desnutrición grave, en un período de sólo 16 días.
MSF hace un llamamiento al Programa Mundial de Alimentos y a las autoridades chadianas para que se encarguen de distribuir comida entre los refugiados.
MSF trabaja desde mediados de febrero con la población centroafricana refugiada en Chad en Sido. En Bitoye, los equipos de MSF reciben alrededor de cien consultas semanales, mientras que también se atiende a refugiados centroafricanos en NDjamena, la capital chadiana. MSF también trabaja en Camerún con la población refugiada, al igual que en la República Democrática del Congo, donde también miles de centroafricanos han buscado ponerse a salvo del conflicto en su país.