En el país hay menos de cinco médicos por cada 100.000 habitantes y un 11,5% de la población adulta tiene VIH/Sida.
En las áreas rurales de Mozambique, los centros de salud son escasos y están lejos unos de otros. Estas terribles circunstancias hicieron que MSF considerara la necesidad de optimizar los escasos recursos que existen y empoderar a los pacientes para que entre ellos se den apoyo.
En el proyecto de VIH/Sida de MSF en el distrito de Tete, al norte de Mozambique, los pacientes están divididos en grupos de unas seis personas que viven cerca unas de otras. Cada mes, el grupo elige una persona para que vaya al centro de salud y recoja las hojas de control del tratamiento. A su regreso, el representante distribuye los medicamentos antirretrovirales a los otros miembros del grupo y confirma que hayan estado tomando sus medicinas correctamente, de modo que esa información pueda ser reenviada al centro de salud.
Este modelo ha reducido considerablemente la carga de trabajo de los servicios de salud, ya que menos pacientes necesitan hacer cola para recoger sus medicamentos, explica Tom Decroo, referente médico de MSF en Tete. Este sistema tiene el potencial de facilitar la ampliación del tratamiento con antirretrovirales, que se requiere de forma urgente en un lugar como Mozambique, dónde sólo una de cada tres personas que necesita tratamiento lo recibe.
El modelo también ha sido simplificado para los pacientes en áreas remotas, ya que sólo tienen que pagar por el transporte del líder elegido por el grupo y no necesitan sacrificar cada uno de ellos un día de trabajo para desplazarse hasta el centro de salud. Una ventaja adicional es que hace posible que los miembros del grupo se apoyen entre ellos para superar los problemas relacionados con el estigma asociado al VIH/Sida.
El modelo de Grupo Comunitario de Tratamiento Antirretroviral es bueno para todos los pacientes, dice Margarida Smith, líder de uno de los grupos de pacientes. Venimos juntos y nos apoyamos mutuamente. Antes muchos pacientes no tenían dinero suficiente para pagar su propio viaje, por lo que algunos dejaron de tomar sus medicinas y murieron.