Actualmente, 52 trabajadores internacionales de Médicos Sin Fronteras (MSF) están trabajando en Conakry así como en las ciudades de Guekedou y Macenta, al este de Guinea, junto a personal guineano de la organización y en cooperación con el Ministerio de Sanidad del país.
En la actualidad hay 19 pacientes aislados recibiendo asistencia en las unidades de aislamiento de MSF en estas zonas. Entre los trabajadores en el terreno hay médicos, enfermeras, epidemiólogos, expertos en agua y saneamiento, promotores de salud y psicólogos.
Nuestros esfuerzos tienen por objetivo contener el brote, lo que se consigue detectando a los enfermos y aislándoles del resto de la población, explica Anja Wolz, coordinadora de emergencia en Conakry. Aunque no haya ninguna cura para esta enfermedad, podemos reducir su muy elevada mortalidad si nos ocupamos de los síntomas, lo que implica administrar suero a los pacientes deshidratados debido a la diarrea, descartando que no padezcan otra enfermedad distinta, como malaria o alguna infección bacteriana como el tifus.
Aunque la tasa de letalidad de la cepa del virus del Ebola en Zaire puede llegar hasta el 90% (según la OMS), ésta varía en función de la evolución de cada brote.
Hemos aprendido de nuestras experiencias anteriores que dan a los pacientes con un buen apoyo médico del 10 al 15% de posibilidades más de supervivencia. Pero si se quedan en casa, la tasa de letalidad llega hasta el 90%, afirma Michel Van Herp, epidemiólogo de MSF en el este de Guinea.
En la capital Conakry, MSF ha abierto una unidad de aislamiento dentro del hospital de Donka, con una capacidad de 20 camas. En la actualidad, hay 8 pacientes recibiendo asistencia en esta unidad de asilamiento. Se ha organizado una formación para el personal del hospital de Donka sobre esta enfermedad, sus síntomas, medidas de higiene necesarias, y sobre cómo hacer un triaje eficiente de los pacientes. Pronto se organizará otra formación para voluntarios de Cruz Roja para mejorar la gestión de funerales y la desinfección de la casas de los afectados. El equipo de MSF ahora está proyectando formar a equipos móviles para investigar alertas de otros casos potenciales en la ciudad.
En Gueckedou y Macenta, en la actualidad hay un total de 11 pacientes ingresados en las unidades de aislamiento de MSF recibiendo tratamiento. Además de aislar y tratar a los enfermos, una actividad muy importante es investigar las alertas de nuevos casos potenciales. Los equipos de MSF están viajando a aldeas para referir a los casos sospechosos a las unidades de aislamiento, y desinfectar sus casas. Una actividad importante también es hacer el seguimiento de las personas que han estado en contacto con los enfermos.
Otra actividad digna de mención implica sensibilizar a las comunidades sobre la enfermedad, cómo protegerse y prevenir su propagación a través de mensajes de promoción de la salud acerca de la importancia de la higiene más básica como lavarse las manos, lo que puede reducir significativamente el riesgo de transmisión. Los equipos de MSF también garantizan la gestión segura de las prácticas funerarias de tal forma que la gente no corra el peligro de contagiarse si toca el cadáver de un paciente de Ebola fallecido. MSF también presta apoyo psicológico a las familias de las víctimas así como al personal sanitario local.
En la actualidad hay dos laboratorios en el país, uno en Conakry del Instituto Pasteur (Dakar, Senegal) y el otro en Gueckedou del Instituto de Medicina Tropical Bernhard-Nocht (Hamburgo, Alemania), que permiten realizar pruebas rápidas de los pacientes sospechosos.
Estamos movilizando todos los recursos disponibles pero la respuesta debe ampliarse para combatir el brote de forma eficiente, añade Anja Wolz. Es importante que otros actores se movilicen.
Se han confirmado dos casos en la vecina Liberia. MSF está monitoreando de muy cerca la situación y está preparada el envío de equipos sanitarios y materiales de aislamiento para apoyar a las autoridades sanitarias de Liberia, de acuerdo con la evolución de la situación.