En los últimos tres meses, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha entregado tratamiento a casi 1.700 personas afectadas por la malaria, en zonas aisladas del sureste de Bangladesh.
En agosto, MSF inició una intervención de emergencia en el distrito de Bandarban, en las Colinas de Chittagong, zona donde la malaria es endémica. La intervención se realizó con el fin de apoyar las operaciones que el Ministerio de Salud mantiene en hospitales y clínicas locales, además de ayudar a que la atención llegue a las comunidades ubicadas en las zonas de más difícil acceso.
Los trabajadores sanitarios, a menudo, tuvieron que viajar grandes distancias en pequeños botes, caminar durante horas a través de bosques, subir colinas y cruzar angostos puentes de madera, para poder llegar a las personas necesitadas.
«Mi hija de tres años no podía comer. Estaba demasiado enferma. Los trabajadores sanitarios de la aldea le efectuaron un examen de sangre y después le entregaron medicamentos contra la malaria. Sus servicios nos dieron alivio y seguridad», señala la madre de una paciente tratada por MSF en la pequeña aldea de Khaiwai Para. «Ahora estamos contentos, estamos recibiendo una buena atención».
En los últimos cinco años las autoridades de Bangladesh han efectuado avances para cumplir su objetivo de eliminar la malaria en todo el país para el año 2020. Se ha logrado reducir el número de casos a nivel nacional de manera notable. Sin embargo, esta enfermedad infecciosa transmitida por los mosquitos continúa siendo un desafío en las Colinas de Chittagong; es la única zona de colinas de Bangladesh que se encuentra en la frontera con Myanmar, un país predominantemente llano situado en el inmenso delta del río Ganges.
MSF proporciona, de forma gratuita, las pruebas para la detección de la malaria a la población local de las colinas. Hasta el momento, de las 6.470 personas examinadas y analizadas, 1.693 (alrededor del 26%) han sido diagnosticadas con malaria y han recibido tratamiento. Habitualmente, los casos más graves se derivan hacia los hospitales cercanos.
Esta enfermedad puede causar fiebre alta, fatiga, dolor de cabeza y vómitos. Los casos más agudos pueden causar un coma o incluso la muerte, si el paciente no recibe tratamiento o bien cuando este llega demasiado tarde.
En los pueblos más importantes, MSF ha proporcionado medicamentos y apoyo en la coordinación. También se han enviado equipos a las zonas aisladas del distrito de Bandarban donde no existe suficiente asistencia sanitaria. Los trabajadores sanitarios que integran esos equipos, han sido formados por enfermeras y médicos de MSF, para que se puedan seguir desarrollando las actividades contra la malaria.
«La cooperación entre el Ministerio de Salud y otras organizaciones de atención sanitaria, ha permitido que la población de Bandarban tenga acceso al diagnóstico y tratamiento de la malaria de forma más rápida», señala Parthesarathy Rajendran, Jefe de Misión de MSF en Bangladesh.
«MSF siempre está preparada para cooperar con las autoridades locales, con el fin de proporcionar atención médica dondequiera estén las necesidades».
MSF ha estado trabajando en Bangladesh desde 1985, respondiendo a diversas emergencias en el país, en especial en las Colinas de Chittagong. Para su intervención contra la malaria en el distrito de Bandarban, MSF ha estado trabajando con otras organizaciones internacionales, como UNDP, BRAC o GRAUS, y con el Ministerio de Salud.