Desde mediados de julio, respondemos a una epidemia de cólera en cuatro regiones de Níger, apoyando a las autoridades sanitarias del país con vigilancia epidemiológica, atención médica, desinfección de puntos de agua y viviendas, y actividades de educación y sensibilización de la comunidad. Estamos listos para brindar apoyo al Ministerio de Salud Pública con una futura campaña de vacunación en las zonas más afectadas.
La epidemia de cólera, declarada el 9 de agosto por el Ministerio de Salud Pública de Níger, ha provocado 4.283 casos en seis de las ocho regiones del país y se ha cobrado 144 vidas. Aunque el número de casos de cólera disminuye en algunas regiones, deben llegar más recursos para romper la cadena de transmisión de la enfermedad en lugares donde los focos de la epidemia permanecen activos.
“Actualmente nos enfrentamos a una epidemia a gran escala. Los riesgos de propagación de la enfermedad aumentan como resultado de la falta de agua potable y el deficiente saneamiento, especialmente ahora que nos encontramos en la temporada de lluvias”, dice Souleymane Ba, coordinador de emergencias en Zinder, en el sur de Níger.
Además de una mayor vigilancia epidemiológica en las regiones donde trabajamos, iniciamos la respuesta de emergencia a mediados de julio en la región de Zinder, luego de que se reportaran los primeros casos de cólera en el hospital de Magaria. La rápida propagación de los brotes de cólera por todo el país nos motivó a aumentar su apoyo en las regiones de Tahoua, Niamey y Maradi. Esta última es la región más afectada, con 2.381 casos de cólera registrados.
En estas cuatro regiones, establecimos 15 centros y unidades de tratamiento del cólera, puntos de rehidratación oral en las aldeas y apoya a varias autoridades sanitarias locales con suministros logísticos y médicos. Hasta ahora, nuestros equipos atendieron a más de 1.770 pacientes.
“El objetivo de nuestra intervención es reducir el número de casos y muertes vinculados a esta epidemia”, explica Ba. “Estamos cortando la cadena de transmisión mediante la detección temprana de las personas que pudieron haber contraído el cólera, el aislamiento y la atención médica de las y los pacientes y la sensibilización de las comunidades sobre la vigilancia y las medidas de prevención, como el lavado de las manos y de los alimentos”.
El cólera se transmite a través de la piel, el agua y los alimentos contaminados por las heces de las personas infectadas. Es por eso que nuestros equipos siguen trabajando en la desinfección de puntos de agua y viviendas en las áreas afectadas por la epidemia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta 140.000 personas mueren cada año a pesar de que la enfermedad se puede prevenir con una fuerte inversión en sistemas de agua y saneamiento.
Los charcos de agua estancada que dejaron las inundaciones del año pasado y las fuertes lluvias de este año demuestran ser el entorno ideal para que los mosquitos se reproduzcan. Esto contribuye en la creación de un círculo vicioso de enfermedades. El número de pacientes con malaria en Níger aumentó un 42 por ciento de enero a agosto de 2020 con respecto al mismo período de este año. Esta es una de las comorbilidades que afecta a pacientes tratados por cólera.
Este año, el rápido despliegue de material y personal en respuesta a la epidemia es particularmente desafiante debido al elevado número de distritos afectados en todo el país. Esta situacion, junto con los picos de desnutrición y malaria, actualmente someten al sistema médico de Níger a una gran presión, en términos de personal sanitario y capacidad de atención médica.
“En la región de Zinder, el número de pacientes con cólera comienza a disminuir gracias a una rápida intervención, que incluye componentes tanto médicos como comunitarios, que nos permitió contener el número de focos epidémicos”, dice Ba. “Esta es la razón por la que se deben poner en marcha más recursos de todas las autoridades sanitarias asociadas, en particular para cortar la cadena de transmisión dentro de las aldeas y barrios afectados por la enfermedad”, concluye.
Durante una epidemia, la vacunación en las zonas afectadas es una acción complementaria al tratamiento médico, la sensibilización y las actividades de higiene, agua y saneamiento ayudan a detener la propagación de la enfermedad. Es la combinación de todas las medidas lo que permitirá a Níger superar la epidemia. Estamos dispuestos a apoyar al Ministerio de Salud Pública con una campaña de vacunación en las zonas más afectadas.