Desde principios de 2022, nuestros equipos han sido testigos de un número extraordinariamente alto de niños con desnutrición en nuestros programas situados en cinco estados del noroeste de Nigeria. Múltiples factores han llevado a un fuerte aumento de la desnutrición en la región durante el último año.
“Con el aumento de la inseguridad, el cambio climático y la inflación global de los precios de los alimentos en un mundo pospandémico, solo podemos imaginar que esta crisis empeore”, dijo el Dr. Simba Tirima, nuestro representante en Nigeria. “Las autoridades nigerianas necesitan apoyo para hacer frente a una crisis de esta magnitud. Esto debe incluir fondos humanitarios de emergencia ahora para organizaciones capaces de responder y el compromiso de incluir el noroeste de Nigeria en el plan de respuesta humanitaria de la ONU para 2023”.
Desde enero, nuestros equipos que trabajan en colaboración con las autoridades sanitarias de Nigeria han tratado a cerca de 100.000 niños con desnutrición aguda en 34 centros ambulatorios y han internado a unos 17.000 niños que requerían atención hospitalaria en 10 centros de hospitalización en los estados de Kano, Zamfara, Katsina, Sokoto y Kebbi.
En el estado de Zamfara, una de las áreas más afectadas por la violencia, de enero a agosto de 2022 registramos un aumento del 64 % en el número de niños con desnutrición grave tratados en los centros de nutrición ambulatorios apoyados por nuestra organización, en comparación con enero a agosto de 2021.
Nuestras encuestas nutricionales también han subrayado la gravedad de la crisis nutricional, incluso en áreas menos afectadas por la violencia y la inseguridad. En el área del gobierno local de Mashi, en el estado de Katsina, encontramos una tasa de desnutrición aguda global del 27,4% y una tasa de desnutrición aguda severa del 7,1% en junio, a pesar de que la comunidad se ha librado relativamente de la violencia y el desplazamiento forzado. Estas tasas indican una emergencia crítica.
El plan de respuesta humanitaria actual de la ONU para Nigeria se centra en la situación crítica en la región noreste del país, excluyendo el noroeste. A diferencia de Médicos Sin Fronteras, que no está financiada por el plan de respuesta humanitaria, muchas organizaciones actualmente no pueden responder a las necesidades agudas en el noroeste porque dependen de ella para su financiación.
“Entendemos que las Naciones Unidas, los donantes y otras partes interesadas son cada vez más conscientes del alcance de la crisis en el noroeste, pero es necesario ir más allá de las discusiones”, sostiene Froukje Pelsma, nuestro jefe de misión en Nigeria. “Es esencial que el noroeste se incluya en el próximo plan de respuesta humanitaria de Nigeria para 2023, porque juega un papel clave en la movilización de recursos para salvar vidas”.
