Miles de hombres, mujeres y niños en el norte de Nigeria han sido afectados por un brote de meningitis C, considerado como el más grande que ha golpeado al país en los últimos nueve años. Casi seis meses después de que se registraran los primeros casos en el estado de Zamfara, el Ministerio de Salud de Nigeria continúa luchando para combatir esta epidemia en siete estados del país. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha apoyado a las autoridades sanitarias mediante la supervisión y atención de casos en las localidades más afectadas desde febrero pasado, cuando el brote fue declarado oficialmente. Sin embargo, el lento sistema de reacción del país y la escasez mundial de vacunas han obstaculizado la respuesta.
El 15 de abril, MSF construyó un centro de tratamiento con capacidad para 200 camas en la localidad de Sokoto y luego un centro de 20 camas en Anka, Zamfara. En ambos lugares, la Unidad de Respuesta a Emergencias de MSF en Nigeria trabaja fuertemente para proporcionar atención médica gratuita y de alta calidad, y reducir las tasas de mortalidad tanto como sea posible.
Los equipos de MSF tratan casos complejos en un contexto difícil. «Hace unos días un niño de nueve años fue traído inconsciente y con una meningitis severa», recuerda Caroline Riefthuis, enfermera de MSF en Sokoto. «Recibió tratamiento durante cinco días y se recuperó, pero desafortunadamente nos encontramos con que había quedado sordo y ciego -efectos secundarios de la meningitis severa».
Este niño es uno de los 614 pacientes tratados desde abril en el hospital Sokoto Mutalah Mohamad, cuando MSF asumió la gestión del centro del Ministerio de Salud a causa de la falta de suministros y personal calificado para gestionarlo. En el Hospital General Anka, 137 pacientes fueron admitidos desde el inicio del brote. La mayoría tienen entre cinco y veinte años.
Afrontando el brote
Además del personal que trabaja en los centros de tratamiento, once equipos de vigilancia de MSF visitaron establecimientos de salud para determinar los orígenes de los nuevos casos en Sokoto, Zamfara, Yobe, Níger y Kebbi. Estas visitas también permitieron a MSF implementar otras actividades, como la promoción de la salud, para aumentar la sensibilización de la comunidad sobre los signos y síntomas de la meningitis y la búsqueda activa de casos.
A finales de abril, el Ministerio de Salud de Nigeria reportó 9646 casos sospechosos de meningitis C, con un total de 839 muertes desde finales de 2016. Y el 1 de mayo, MSF finalmente pudo unirse a una campaña de vacunación lanzada por las autoridades sanitarias de Sokoto. En las tres zonas de gobierno local más afectadas, 25 equipos de MSF vacunaron aproximadamente a 850 personas por día durante siete días para alcanzar una población objetivo de 148.000 personas -de un total de 800.000- de entre uno y veinte años de edad. A finales de este mes, comenzará otra campaña con una población objetivo de alrededor de 130.000 personas en las cuatro zonas de gobierno local más afectadas del estado de Yobe.
Respuesta tardía y suministros insuficientes de vacunas
Si bien estas campañas de vacunación son un paso crucial para contener el avance de la enfermedad, a MSF le preocupa la lenta respuesta a la crisis en un país donde las epidemias de meningitis no son extrañas. “Es necesario reforzar el sistema de alerta temprana y la respuesta temprana a nivel nacional, como así también definir mejor la estrategia de implementación para reducir el impacto del brote tanto como sea posible”, explica Philip Aruna, Coordinador General de MSF en Nigeria.
Aún más preocupante es la faltante de vacuna para meningitis C a nivel global, lo cual ha contribuido a la demorada respuesta e incrementado los niveles de mortalidad en Nigeria. “El brote está propagándose rápidamente y estamos preocupados porque no hay suficientes vacunas para cubrir a la población afectada”, comenta Aruna. En Sokoto, por ejemplo, tres millones de vacunas son necesarias para lanzar una campaña masiva, pero sólo hay 800.000 disponibles. La insuficiente cantidad sólo alcanza para una campaña reactiva, lo que requiere que los equipos actúen rápidamente para prevenir que la enfermedad se continúe propagando.
Para hacer frente a estos retos logísticos y reducir los índices de mortalidad, MSF insiste en la descentralización de los centros de tratamiento, para que todas las personas afectadas por la enfermedad, incluso aquellas en áreas remotas, puedan acceder a atención médica gratuita y de calidad, como así también a las pruebas adecuadas para confirmar rápidamente los casos y prevenir los diagnósticos equivocados. Es crucial que la que las medidas de prevención adecuadas sean puestas en marcha para evitar otra respuesta tardía cuando el próximo brote de meningitis inevitablemente ocurra.
MSF ha trabajado en Nigeria de 1996, llevando adelante extensos proyectos de salud infantil, salud sexual y reproductiva, envenenamiento por plomo y cirugía reconstructiva en lugares como Sokoto, Zamfara, Nigeria, Port Harcourt y Jahun. La Unidad de Emergencia de MSF, activa en el país desde 2006, también responde a emergencias médicas tales como brotes de meningitis o sarampión.
MSF ha proporcionado atención médica a desplazados por la violencia como a las comunidades locales en el estado de Borno, en el noreste de Nigeria, desde mediados de 2014. La organización actualmente gestiona 11 instalaciones médicas en siete ciudades en Borno (Maiduguri, Dikwa, Monguno, Gwoza, Pulka, Ngala y Benisheikh) y provee atención en otras cuatro localidades.