La mayoría de trabajadores de salud y personal de apoyo congoleño contratado por la organización médico-humanitaria en la ciudad de Pinga, situada a unos 80 kilómetros al noreste de Walikale, ha escapado tras el recrudecimiento de los combates entre los distintos grupos armados enfrentados en esta parte de Kivu Norte. El personal del Ministerio de Salud así lo ha hecho también, junto con alrededor de dos tercios de la población de la ciudad. Muchas de estas personas se ocultan ahora en los bosques de los alrededores, mientras sus casas han sido saqueadas y un clima de miedo se apodera de la zona. En estas condiciones, la gente ha dejado de tener acceso a servicios médicos como el tratamiento de la malaria severa o la asistencia en partos complicados, cuyas consecuencias pueden ser fatales.
Es muy alarmante que nuestros colegas congoleños se hayan visto obligados a unirse a los miles de desplazados de la región. Nos preocupa la situación de todos los que han tenido que huir de Pinga, declara Jan-Peter Stellema, responsable de operaciones de MSF en Congo. Es un claro indicador de hasta qué punto se ha extendido el miedo entre la población y de su convicción de que la situación va a ir a peor. También demuestra el creciente desafío que supone ahora dar asistencia médica a los que la necesitan.
La masiva huida sin precedentes del personal congoleño y los actuales combates en las inmediaciones de Pinga han tenido en impacto negativo sobre la prestación de atención médica urgente de MSF. En estos momentos es demasiado peligroso llegar a los centros de salud fuera de Pinga, aunque el equipo ha conseguido enviar algunos suministros médicos. Dentro de la ciudad, el personal internacional de MSF y los pocos compañeros congoleños que quedan trabajan en las instalaciones del hospital local centrándose en los casos más críticos, como urgencias obstétricas o heridos por arma de fuego. Cuando es posible, los pacientes más graves son trasladados en avioneta a Goma, la capital de Kivu Norte.
La intensificación del conflicto ha provocado una oleada de violencia en muchas zonas de esta provincia del este de RDC, provocando continuos desplazamientos de población y el aumento de las necesidades humanitarias en una región cuya situación ya es muy precaria. La multitud de grupos armados, los complejos patrones de desplazamiento y la falta de infraestructuras hacen que la prestación de asistencia médica urgente sea extremadamente difícil. Sin embargo, MSF mantiene su compromiso de asistencia en todos sus proyectos de Kivu Norte, donde ofrece atención médica gratuita a miles de personas al mes.
MSF trabaja en hospitales, centros y puestos de salud en varias localidades de Kivu Norte: Rutshuru, Masisi, Mweso, Kitchanga, Walikale, campo de Mugunga I, Kanyaruchinya y Pinga, donde también gestiona varios centros de tratamiento de cólera, clínicas móviles y realiza actividades de respuesta a emergencias.