Médicos Sin Fronteras (MSF) ha realizado hoy una protesta frente a la Bolsa de Nueva York para reclamar a la corporación farmacéutica Johnson & Johnson (J&J) que reduzca el precio de la bedaquilina (su fármaco para la tuberculosis) a un máximo de un dólar al día. El importe de este medicamento, clave para tratar a las personas con tuberculosis resistente, debe tener en cuenta las aportaciones realizadas en su investigación y desarrollo por parte de los contribuyentes y la comunidad científica mundial contra la tuberculosis.
La petición de MSF coincide con la presentación de hoy por parte J&J de su informe de resultados en el cuarto trimestre de 2019 en el que la compañía comunica una facturación de 20.700 millones de dólares en todo el mundo. La facturación global de J&J en el año 2019 fue de 82.100 millones de dólares.
«Después de una espera de casi medio siglo, finalmente tenemos un fármaco que ofrece a los pacientes con tuberculosis resistente a los medicamentos más oportunidades de curación«, explica Sharonann Lynch asesora de políticas sobre VIH y tuberculosis de la Campaña de Acceso de MSF.
“Sin embargo, la bedaquilina permanece fuera del alcance de más del 80% de los pacientes que lo necesitan para sobrevivir. Dadas las ventas de J&J y su continuo crecimiento, resulta perverso que la compañía esté regateando cada centavo del precio de la bedaquilina, especialmente cuando en el desarrollo del medicamento hubo una inversión pública tan importante. Las personas que necesitan este medicamento no pueden permitirse esperar más».
En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que la bedaquilina se empleara como parte esencial de un régimen totalmente oral para tratar la tuberculosis resistente, reemplazando así a los medicamentos más viejos y tóxicos que debían inyectarse, causaban efectos secundarios graves y, además, curaban a poco más de la mitad de personas tratadas.
En octubre de 2019, MSF informó de resultados positivos para el 77,6% de las personas tratadas con medicamentos orales más nuevos para la tuberculosis resistente, y del 72% para pacientes con regímenes de tratamiento que contienen bedaquilina. El estudio, realizado en condiciones del mundo real por MSF y sus colaboradores en 17 países, es el mayor realizado hasta ahora en materia de resultados del tratamiento con bedaquilina.
Sin embargo, muy pocas personas pueden acceder a este fármaco. Desde que se aprobó el uso de la bedaquilina en 2012, poco más de 37.000 pacientes lo han recibido. Se trata de una cifra insignificante teniendo en cuenta que aproximadamente el 80% de las 484.000 personas que desarrollan formas resistentes de la enfermedad cada año deberían ser tratadas con este medicamento. La implantación rápida de un tratamiento mejor tolerado que contenga bedaquilina solo tendrá lugar si J&J aumenta su disponibilidad de una forma asequible, incluso permitiendo que otros fabricantes de medicamentos para la tuberculosis produzcan versiones genéricas.
⚡📢 ¡Los medicamentos cuestan centavos, la avaricia cuesta vidas!
💊 Estamos en la Bolsa de Nueva York pidiendo que @JNJCares baje el precio de la bedaquilina, medicamento esencial contra la tuberculosis. ✊✊🏼✊🏽✊🏿#NoMásLágrimas @MSF_access @JNJGlobalHealth pic.twitter.com/FKhtiydPkG
— Médicos Sin Fronteras (@MSF_Argentina) January 22, 2020
La bedaquilina se desarrolló con un considerable apoyo de contribuyentes, organizaciones sin ánimo de lucro y entidades de filantropía. Gran parte del crucial trabajo para informar del uso del medicamento y demostrar su valor terapéutico fue realizado por la comunidad de investigación en tuberculosis, los ministerios de salud y los proveedores de tratamiento, incluido MSF, y fue financiado por los contribuyentes y otros donantes. Por lo tanto, J&J no debe ser la única instancia que toma decisiones con respecto a quién tiene acceso al medicamento.
En la actualidad, J&J cobra por la bedaquilina el doble del precio que reclama MSF. El gigante farmacéutico ha tasado en 400 dólares el coste del fármaco para un régimen de tratamiento de seis meses para países elegibles a través del Servicio Farmacéutico Mundial, una sección de la Alianza Alto a la Tuberculosis que suministra medicamentos para la tuberculosis a países de bajos y medianos ingresos. En otros países que no pueden recurrir a este mecanismo, la compañía farmacéutica carga un coste mucho mayor.
Además, algunas personas requieren hasta 20 meses del medicamento, lo que eleva el coste de la bedaquilina a 1.200 dólares. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Liverpool han calculado que la bedaquilina podría producirse y venderse con beneficios por mucho menos: por tan solo 25 centavos de dólar por día (0,22 euros) si se vendieran al menos 108.000 cursos de tratamiento al año.