La inseguridad en el noroeste de República Centroafricana (RCA) ha vuelto a provocar el desplazamiento de miles de personas. MSF ha podido reabrir un puesto de salud en la zona para atender a los desplazados y está distribuyendo materiales de primera necesidad en algunos pueblos. Sin embargo, el acceso a todas las víctimas aún no ha sido posible.
Los pueblos han sido destruidos y saqueados con mucha violencia. Algunos centros de salud también, cuenta Pablo Marco, coordinador general de MSF en RCA.
Desde finales de enero, los combates entre los ejércitos chadiano y centroafricano y el grupo rebelde chadiano Frente Popular para la Recuperación (FPR) en Gondava y Ouandago, en la zona fronteriza con Chad, ha provocado la inestabilidad en la región. Unas 3.000 personas han llegado a los pueblos de Farazala, Ouandago y Nana-Outa, a los que se suman otros 3.000 que llegaron a Kabo.
Los primeros días de enfrentamientos algunos de los heridos fueron ingresados en nuestros hospitales, incluyendo dos mujeres violadas, pero hay más casos reportados, cuenta Marco. La población no pudo coger nada al huir y no pueden volver a sus campos por lo que hay necesidades urgentes de comida y de materiales de primera necesidad, añade.
Es el caso de Pake, de 28 años, que fue ingresada en el hospital de Kabo cuando su casa en Ouandago fue atacada y ella violada: Estaba durmiendo en casa con mi familia. Entró un hombre armado y mi marido salió asustado. Mis tres hijos mayores también pudieron salir y me quitaron a mi bebe amenazándole de muerte. Lo tiraron [al suelo] y me violaron. Les di todo el dinero que tenía y no pude ir al centro de salud. Me duele el cuerpo, no me siento segura, tengo miedo, tengo palpitaciones y no puedo dormir por la noche.
El personal de MSF que estaba en Farazala (a 20 kilómetros de Ouandago) pudo reabrir el puesto de salud donde atender a los miles de desplazados, que llegan con lo puesto. Muchos han ocupado las casas de quienes han huido. Por el momento, los equipos de refuerzo de MSF no han podido acceder a Farazala para distribuir artículos de primera necesidad, evaluar la salud mental de los desplazados y vacunar a los niños. Sin embargo, un equipo si ha podido llegar a los pueblos de Ouandago y Nana-Outa para distribuir, a unas 700 familias, materiales como plásticos, mantas, bidones para el agua, utensilios de cocina y kits de higiene.
En un informe reciente, MSF alertó de que RCA sufre una crisis crónica de salud desde hace años. En República Centroafricana: una crisis silenciosa, publicado en diciembre 2011, MSF concluye que la asistencia médica existente no es suficiente para satisfacer las enormes necesidades médicas existentes. RCA es el quinto país con mayor tasa de mortalidad por enfermedades infecciosas y parasitarias. Esta alta mortalidad se debe a epidemias estacionales, así como a la desaceleración económica del país, a años de conflicto y desplazamiento, y a un sistema sanitario precario.