Batangafo, en el norte de la República Centroafricana (RCA), intenta recuperar la normalidad tras los intensos combates entre milicianos de la Seleka y fuerzas de la misión Sangaris del ejército francés que la semana pasada dejaron una quincena de muertos y numerosos heridos, y sembraron otra vez el terror entre los habitantes de la localidad. Sin embargo, unos 1.500 vecinos de esta localidad aún buscan refugio cada noche en el hospital ante el temor a que se recrudezca la violencia mientras al menos otros 4.000 lo hacen en el cuartel de las fuerzas africanas de paz (MISCA).
La responsable médica de MSF en la zona, Cecilia Greco, ha visitado la periferia de Batangafo y ha constatado que muchos de los habitantes han dejado la ciudad hacia zonas de los alrededores o incluso en dirección a Bouca, una localidad cercana situada más al sur. Por ahora la situación parece tranquila, quizás en unas semanas la gente vuelva a sus hogares, añadió. Tras los combates de la semana pasada han aumentado los robos y saqueos en zonas de la ciudad, lo cual empuja a cientos de vecinos a refugiarse en el hospital y en el cuartel de las fuerzas africanas de pacificación.
Luego de algunos días en que los equipos tuvieron una actividad reducida por motivos de seguridad, la actividad de MSF se ha restablecido con normalidad en el hospital de Batangafo. La zona se halla actualmente en plena temporada alta de incidencia de malaria, lo cual agudiza la necesidad de asistencia médica en la región.
Los combates se iniciaron a principios de la semana pasada e incluyeron bombardeos por parte de la misión francesa y artillería por ambos bandos. Tras días de choques armados perdieron la vida al menos una quincena de personas y hubo decenas de heridos, diez de los cuales fueron atendidos por MSF. Las partes llegaron a un alto el fuego que incluyó la salida de los Sangaris y el despliegue en Batangafo de patrullas de la MISCA, aunque la población teme que el alto el fuego pueda romperse. Sin embargo, a corto plazo no se prevén nuevos choques armados de envergadura, según Javier Eguren, jefe de misión de MSF.
MSF hace un llamamiento a todas las partes en el conflicto en RCA para que respeten a los civiles y al personal sanitario y humanitario tanto centroafricano como internacional. MSF recuerda que es una organización médica internacional independiente de todo poder cuyo único objetivo es responder a las necesidades médicas y humanitarias de las poblaciones a las que asiste.
MSF trabaja en República Centroafricana desde 1997 y, actualmente, cuenta con más de 300 trabajadores internacionales y más de 2.000 trabajadores centroafricanos en el país. Desde diciembre de 2013, MSF ha duplicado su nivel de asistencia médica como respuesta a la crisis pasando de 10 a 21 proyectos y llevando a cabo seis intervenciones para los refugiados centroafricanos en los países vecinos de Chad, Camerún y la República Democrática del Congo.
En Batangafo, MSF gestiona el hospital general (165 plazas) y apoya 5 centros de salud en la periferia. En junio se realizaron casi 8.000 consultas, 3.000 de ellas a niños de menos de 5 años.