El domingo 3 de enero, la coalición de grupos armados no estatales atacó y tomó el control de Bangassou, una ciudad en el sureste de la República Centroafricana (RCA), en la frontera con la República Democrática del Congo (RDC).
Durante la jornada, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) trasladaron y trataron urgentemente a 12 personas heridas en el Hospital Universitario Regional de Bangassou (HRUB), una estructura sanitaria que apoyamos desde 2014.
“En vísperas de este ataque, miles de personas habían huido de la ciudad y cruzado el río Mbomou para buscar refugio en Ndu, en la República Democrática del Congo, donde MSF también apoya al centro de salud local”, dice Emmanuel Lampaert, jefe de misión de MSF. “Desde MSF estamos aumentando nuestro apoyo al centro de salud con recursos humanos, medicamentos y vacunas, y actualmente estamos evaluando cómo fortalecer aún más nuestro apoyo médico a las personas desplazadas en Ndu”.
El ataque en Bangassou es el último evento en un contexto donde hay un fuerte deterioro de la seguridad vinculado al proceso electoral en la República Centroafricana. El 27 de diciembre, el país realizó sus elecciones legislativas y presidenciales, que estuvieron marcadas por altas tensiones y numerosos incidentes armados en el país.
El 28 de diciembre, varias personas murieron cuando un camión de transporte público fue objetivo de disparos en Grimari, cerca de Bambari, entre ellas un integrante del personal de MSF. Nuestros equipos siguen movilizados para proporcionar ayuda humanitaria y médica a las personas que la necesitan. Aunque algunas actividades tuvieron que ser reducidas o suspendidas debido al aumento significativo de los riesgos de seguridad para nuestros pacientes y personal, continuamos proporcionando la mayoría de los servicios que brindamos en el país.
“Desde el 21 de diciembre, nuestros equipos en Bossangoa, Bangui, Bangassou, Bambari y Batangafo han atendido a más de 110 personas heridas”, dice Lampaert. “Este nuevo deterioro en el contexto de seguridad complica aún más el acceso ya extremadamente limitado que tienen miles de centroafricanos a la atención médica básica en un país asolado por un estado de emergencia médica crónica”.
Desde MSF pedimos a todos los grupos armados que faciliten el trabajo de los trabajadores y trabajadoras sanitarias para garantizar la prestación de atención médica oportuna, que respeten sus obligaciones de protección hacia la población civil y trabajadores humanitarios y que respeten a las instalaciones médicas, ambulancias, personal médico, pacientes y cuidadores.