La organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) condena el grave incidente que ocurrió recientemente en Katanga, una aldea aislada de la región de Hauts Plateaux, en Kivu Sur. El jueves 11 de marzo, soldados armados del ejército congolés (FARDC – Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo) entraron en el hospital de Katanga, donde un equipo quirúrgico de MSF ha estado proporcionando cuidados médicos de urgencia a los heridos. Los soldados congoleños estuvieron acosando a los pacientes, y pese a las protestas del personal de MSF y a los intentos de negociar con ellos, se fueron del hospital al día siguiente llevándose consigo a cuatro personas que estaban heridas.
«Este incidente supone una violación de los principios humanitarios más básicos. Todos los heridos y enfermos tienen derecho a recibir cuidados médicos», denunció el coordinador general de MSF en Kivu Sur, Philippe Havet. «Pedimos a todos los actores armados que respeten las estructuras médicas y la seguridad, tanto de los heridos como del personal sanitario. Cuando están desarmados, los heridos en conflicto tienen derecho a esta protección como cualquier otro paciente», agregó.
El incidente ha tenido ya un impacto negativo en la prestación de asistencia sanitaria a las personas afectadas por el conflicto en Hauts-Plateaux. Debido a que las tensiones estaban aumentando en el pueblo, MSF decidió evacuar a su equipo quirúrgico para preservar la seguridad de su personal y tuvo que abandonar a un paciente herido. Este equipo supone además la única asistencia médica directa que existe en la región. La organización médico humanitaria considerará el regreso de sus trabajadores al hospital de Katanga tan pronto como la situación de seguridad lo permita. Sin embargo, este incidente tendrá un impacto mucho más amplio en cuanto a la percepción del hospital como un lugar seguro y neutral por parte de la población.
Durante las últimas semanas, el equipo de MSF en Katanga ha estado luchando para proporcionar asistencia quirúrgica de urgencia a los heridos por los violentos enfrentamientos que asolan la región de Hauts Plateaux y que enfrentan al ejército congoleño (FARDC), los rebeldes de las FDLR y diversos grupos armados . «Los heridos tenían miedo a venir en busca de ayuda al hospital de Kananga por temor a ser asesinados por hombres armados», dice Havet. «Ahora, después de este grave incidente, me temo que nunca podremos convencerles de que es seguro acudir al hospital en busca de ayuda médica».
MSF está actualmente trabajando en Kalonge y Kitutu (en Kivu Sur) dando apoyo a los centros de salud y llevando a cabo clínicas móviles para prestar servicios de atención primaria y de urgencia tanto a los desplazados como a las familias que les han acogido. Los equipos de MSF también trabajan en el hospital de Baraka y en el centro de tratamiento de cólera que la organización ha instalado en Fizi, con diversas actividades enfocadas a aliviar las principales causas de muerte y enfermedad que afectan a la población (como la malaria, la desnutrición, la tuberculosis y el cólera) y poniendo un especial énfasis en la salud reproductiva. En Kivu Norte, donde la inseguridad y la violencia son constantes, MSF lleva a cabo programas médicos en Rutshuru, Nyanzale, Masisi, Mweso, y Kitchanga. Actualmente, más de 1.200 profesionales trabajan en los proyectos de la organización en Kivu Norte y Kivu Sur.