A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como una «emergencia de salud internacional», a la actual epidemia de fiebre hemorrágica la más grande registrada hasta el momento-, el esfuerzo internacional para detener el brote es extremadamente inadecuado para satisfacer las necesidades requeridas para controlar la propagación del virus.
El número de muertes y de casos continúa aumentando de forma dramática en Liberia y Sierra Leona, precipitando una crisis de salud pública en estos dos países de África Occidental. Mientras tanto, la epidemia sigue afectando a la población de Guinea, donde se originó en marzo pasado, con nuevos casos sospechosos que continúan siendo admitidos en las instalaciones médicas.
Desde el comienzo del brote y hasta el 14 de agosto, 1.069 personas fallecieron a causa del Ébola, y 1.975 casos han sido reportados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS y los gobiernos deben proporcionar apoyo urgente a las autoridades de Guinea, Liberia, Nigeria y Sierra Leona. Se requiere una movilización internacional inmediata y masiva de recursos médicos -humanos y técnicos- a Liberia y Sierra Leona para asistir a estos países.
Es claro que la epidemia de Ébola no podrá ser contenida sin un despliegue masivo de especialistas médicos y de emergencias de otros estados. Los gobiernos de Guinea, Liberia, Nigeria y Sierra Leona están haciendo todo lo posible para tratar de luchar contra esta epidemia, y necesitan desesperadamente apoyo internacional. Sus médicos y enfermeras han estado muriendo y arriesgando sus vidas en la línea de frente de este brote.
Proporcionar fondos no es suficiente. Aquellos países que cuenten con expertos disponibles en enfermedades infecciosas y especialistas en emergencias, deben desplegar sus equipos en las zonas afectadas. Además, se necesita de modo inmediato mayor capacidad de los laboratorios para realizar pruebas de Ébola; ambulancias y helicópteros para transportar de manera segura muestras y casos sospechosos; y suministros para garantizar que los entierros sean seguros.
Las organizaciones no gubernamentales internacionales también deben intensificar sus esfuerzos en la región.
Las agencias humanitarias están llegando a su límite
Los equipos de emergencia de la organización médica internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) continúan realizando todos los esfuerzos posibles para luchar contra la epidemia de Ébola. Desde marzo pasado, la organización trabaja para dar respuesta a la epidemia, y cuenta actualmente con 692 trabajadores en Guinea, Sierra Leona y Liberia, brindando tratamiento a un número cada vez mayor de pacientes. La máxima prioridad de MSF es brindar atención a pacientes infectados con el virus y ya ha desplegado el número máximo de recursos humanos experimentados.
Los países más afectados hasta el momento están tratando de reconstruirse luego de años de guerras civiles; ellos ya tienen dificultades para satisfacer las necesidades básicas de salud de sus ciudadanos, por no hablar de tratar una emergencia de esta complejidad y magnitud. Sierra Leona y Liberia, por ejemplo, tienen sólo 0.2 y 0.1 médicos por cada 10.000 personas respectivamente (en comparación con la brecha de 2.6 en África Occidental y 240 veces ese número en Estados Unidos).
En Liberia y Sierra Leona, muchos centros sanitarios están cerrados o vacíos. Las personas no buscan tratamiento para enfermedades comunes por temor a ser infectados con Ébola. Algunos trabajadores de la salud ya han sido infectados o han muerto. Como consecuencia de esto, muchos otros tienen demasiado miedo de ir a trabajar. La epidemia está desgastando aún más a los débiles sistemas de salud, que ya estaban haciendo frente a otras crisis de salud existentes, como la malaria y la mortalidad materna.
La OMS necesita coordinar e impulsar la prestación de apoyo adicional a los trabajadores de salud para que los hospitales y centros sanitarios puedan permanecer abiertos para tratar la elevada carga de morbilidad habitual en estos países. Si el sistema de salud comienza a colapsar en estos países, los niveles de mortalidad de otras enfermedades y las condiciones médicas pueden aumentar de forma astronómica, y convertirse en un terrible efecto indirecto de esta epidemia de Ébola.
Inmenso impacto social y económico
Muchos de los pacientes que han muerto tienen entre 30 y 45 años de edad. Hay pueblos en Kailahun, en Sierra Leona, por ejemplo, que han perdido a la mayoría de los miembros adultos de la comunidad, dejando a muchos niños huérfanos y a personas mayores solas. En algunos pueblos ya casi no hay nadie para cultivar los campos o dar sustento a las familias.
Liberia
En Monrovia, la capital de Liberia, la situación es catastrófica y se está deteriorando día a día. La semana pasada, cinco de los principales hospitales de Monrovia estaban cerrados. Algunos ya reabrieron pero apenas funcionan.
No ha habido una mejora en la coordinación general para dar respuesta a la epidemia. Los hospitales y casi todos los centros de salud de la ciudad, que cuentan con alrededor de un millón de habitantes, permanecen cerrados. El número de muertos está superando la capacidad de los funcionarios de la salud para gestionar un entierro seguro, y cada vez más trabajadores sanitarios se han infectado de Ébola en las últimas semanas. Hay una gran necesidad de que la OMS, los otros países y otras organizaciones internacionales se movilicen para apoyar al Ministerio de Salud de Liberia.
«La escala de este brote cada día es más grande «, dijo Lindis Hurum, coordinadora de emergencias de MSF en Liberia. «El sistema de salud de Liberia no puede hacer frente a la magnitud de la epidemia. El brote ha afectado a todas las facetas de la sociedad liberiana. En este sentido, esta enfermedad es muy democrática.»
MSF ha finalizado la construcción de un nuevo centro de gestión de casos de 120 camas en Monrovia llamado ELWA3, que recibirá a sus primeros pacientes este fin de semana. Es uno de los mayores centros de tratamiento de Ébola construidos por la organización. El equipo también continúa dando apoyo técnico y capacitación al Ministerio de Salud.
«Hemos agotado nuestra base disponible de personal médico experimentado y no podemos ampliar nuestra respuesta», dijo Hurum. «Necesitamos desesperadamente de la OMS, de los países y de otros organismos de ayuda para desplegar personal en terreno. Somos Médicos Sin Fronteras, pero no sin límites».
MSF ha puesto en marcha recientemente una intervención en la región de Lofa, en Liberia, ubicada junto a la frontera con Guinea, que ha sido gravemente afectada por el Ébola. En Foya, un equipo ha rehabilitado el centro de aislamiento con 40 camas, en línea con las disposiciones de MSF para el tratamiento de la enfermedad. Después de dos semanas de haber intervenido, el equipo actualmente cuenta con 137 pacientes sospechosos de tener virus del Ébola.
Sierra Leona
En el centro de tratamiento de Ébola de MSF en Kailahun, ubicado cerca de la frontera con Guinea y con una capacidad de 80 camas, entre cinco y 10 nuevos pacientes están siendo admitidos cada día. Actualmente hay 50 pacientes en el centro.
MSF está construyendo un centro de aislamiento en la ciudad de Bo con una capacidad de 35 camas. Cerca del pueblo de Gondama, MSF también gestiona un centro de tránsito donde casos sospechosos son aislados y luego transferidos para recibir cuidado adicional.
Mientras tanto, cerca de 300 trabajadores comunitarios están llevando a cabo actividades de promoción de la salud en la región para aumentar el conocimiento de la gente acerca del Ébola y de medidas de prevención de infecciones. Nuestro equipo todavía escucha que están ocurriendo muchas muertes en las comunidades así como también que nuevas comunidades que están siendo infectadas, aunque no hay cifras concretas disponibles. MSF sigue dando prioridad a esta actividad y está aumentando el número de personal de promoción sanitaria.
En total, los centros de tratamiento de MSF han admitido 294 pacientes, de los cuales 191 fueron confirmados con Ébola. 47 pacientes se han recuperado y vuelto a sus casas.
Guinea
En Guinea, MSF gestiona dos centros de tratamiento de Ébola – uno en la capital, Conakry, y uno en Guéckédou, en el sudoeste del país, donde comenzó el brote. Actualmente, hay 4 pacientes en el centro de tratamiento de MSF en Conakry y 11 en Guéckédou.
La situación en Conakry se mantiene bastante estable. En Guéckédou y sus alrededores, el número de pacientes en el centro de tratamiento sigue siendo bajo; sin embargo, los equipos siguen identificando nuevos focos de infección y están preparados para que lleguen más personas procedentes de otras comunidades.
En el centro de tránsito de Macenta, en el sudoeste de Guinea, cerca de la frontera con Liberia, MSF prestó apoyo al Ministerio de Salud transfiriendo pacientes de Ébola en ambulancia para recibir tratamiento, ya sea en Conakry o Guékédou. Actualmente esta actividad ha sido traspasada por completo al Ministerio de Salud y la OMS. Los pacientes están llegando desde una amplia zona, incluyendo la región cercana a Nzerekore.
Desde marzo, los centros de tratamiento de MSF en Guékédou han admitido 366 pacientes, de los cuales 169 fueron confirmados con Ébola. Cuarenta y siete pacientes se han recuperado y han vuelto a sus casas.