En nuestra organización, creemos que brindar servicios de salud de calidad para las y los adolescentes implica involucrarles de manera significativa, y esto lo logramos en Indonesia a través de un enfoque basado en el acompañamiento entre pares.
Trabajamos por la salud adolescente en Indonesia
Los sistemas de salud a menudo están diseñados para satisfacer las necesidades de las personas adultas, pero no siempre son adecuados para satisfacer las necesidades de salud de la población adolescente, especialmente quienes pertenecen a grupos vulnerables y marginados. Estas necesidades pueden incluir servicios de salud sexual y reproductiva, atención para casos de VIH y adicciones, salud mental y atención para ermedades no transmisibles.
Por ello, entre 2018 y finales de 2022, apoyamos a seis clínicas de salud comunitarias con derivaciones médicas, apoyo logístico en forma de trabajos menores de rehabilitación y con la donación de medicamentos y otros suministros.
Más de 2.240 adolescentes se beneficiaron de los servicios de asesoría, 1.271 más fueron evaluados en la comunidad y derivados a clínicas para recibir tratamiento adicional, y también realizamos más de 720 sesiones de educación para la salud que llegaron a casi 45.000 jóvenes. De esas sesiones, el 62 por ciento fueron dirigidas por voluntarias y voluntarios de salud apoyados por nuestra organización (llamados cadres).
“A pesar de tener que adaptar nuestras actividades de salud para adolescentes debido al tsunami de 2018 y, más recientemente, a la pandemia de COVID-19, nos enorgullece lo que ha logrado el equipo y nos emociona ver que la comunidad se hace cargo de estas actividades”, afirma Walter Lorenzi, nuestro jefe de misión en Indonesia.
“Queda trabajo por hacer para mejorar la salud de las y los adolescentes en Indonesia, pero hemos llegado a un punto en el que podemos centrar nuestra atención en otras necesidades”, concluye.
Ahora serán las comunidades quienes asumirán la responsabilidad de llevar a cabo estas actividades.
La participación de las y los jóvenes en nuestro proyecto
El elemento vital de un proyecto de este tipo es que la población joven, así como las comunidades que los apoyan, esté intimamente involucrada.
“Participar en el equipo de Médicos Sin Fronteras tiene muchos beneficios y ciertamente he aprendido más. Recibimos capacitación en consejería y ahora puedo hacer consejería por medio del acompañamiento entre pares. Y las actividades siempre son divertidas y emocionantes”, nos explicó Rita Rahmawati, una de las estudiantes de la High School 1 Jawilan.