En Médicos Sin Fronteras (MSF) estamos haciendo un gran esfuerzo para comprender y combatir la resistencia a los antibióticos, pero no es una tarea fácil. El conocimiento y los recursos necesarios no siempre están disponibles y la implementación de las medidas suele ser compleja. Actualmente, no todos los proyectos de MSF tienen un componente contra la resistencia a los antibióticos. Pero los proyectos que sí, enfrentan muchas dificultades.
¿Qué es la resistencia a los antibióticos?
Los antibióticos son medicamentos que atacan a las bacterias. La resistencia a los antibióticos es un atributo de algunas bacterias que han desarrollado resistencia a uno o más tipos de este medicamento. Esto significa que el antibiótico no destruirá esas bacterias, o no en la misma cantidad ni a la misma velocidad, como ocurriría en condiciones normales.
Si las bacterias tienen la resistencia suficiente a un antibiótico determinado, esto hará que el antibiótico no funcione: las bacterias sobrevivirán al tratamiento y la infección no sanará. Si las bacterias se han vuelto resistentes a varios tipos de antibióticos, se puede volver muy difícil, y en ocasiones imposible, tratar la infección.
En resumen, no son los pacientes ni las infecciones los que tienen resistencia a los antibióticos, sino las bacterias. Si un paciente elimina las bacterias resistentes, es posible que su próxima infección bacteriana se pueda tratar de nuevo con antibióticos normales.
Existe el mismo problema con otros agentes microbiológicos, como los virus, los hongos o los parásitos, pero en otra escala. Cuando se habla de la resistencia de todos estos patógenos, se suele usar el término “resistencia a los antimicrobianos”. El término «resistencia a los antibióticos» se usa solo para hablar de la resistencia de las bacterias. Por lo tanto, la resistencia a los antibióticos es un subgrupo de la resistencia a los antimicrobianos.
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¿Cuál es el origen de la resistencia a los antibióticos?
Cuando los antibióticos atacan a una población de bacterias, las más resistentes son las que sobrevivirán más tiempo. Por lo tanto, tendrán más probabilidades de transmitir sus genes resistentes, y la siguiente generación tendrá una mayor proporción de bacterias resistentes. De esta forma, las bacterias se vuelven cada vez más resistentes cuando se exponen a los antibióticos.
Es un proceso natural y es imposible detenerlo. Pero se lo puede retrasar limitando la exposición de las bacterias a los antibióticos y garantizando que, si se usan antibióticos, se destruyan todas las bacterias.
Esto significa que es absolutamente esencial utilizar los antibióticos de forma adecuada. Un paciente debe tomar el tipo correcto de antibióticos, en la dosis correcta y durante el período correcto. Cada vez que eso no ocurre, existe el riesgo de que las bacterias sobrevivan al tratamiento y desarrollen resistencia a los antibióticos. El uso inadecuado de los antibióticos ha acelerado en gran medida el problema de la resistencia.
Pero esto no solo ocurre en la medicina: se estima que el 70% de todos los antibióticos se utilizan en la industria agrícola, y esto es un factor importante en el desarrollo de esta resistencia.
¿Por qué la resistencia a los antibióticos es un problema tan grande?
Los antibióticos tienen una importancia considerable en la medicina moderna. Las bacterias provocan muchas infecciones peligrosas y, con mucha frecuencia, los antibióticos son la única opción para tratar dichas infecciones, como la osteomielitis (una infección del hueso) o la septicemia (una infección de la sangre). Además, los antibióticos no solo se utilizan como tratamiento curativo, sino también como tratamiento preventivo, por ejemplo, para los pacientes que se someten a intervenciones quirúrgicas.
Si no podemos usar más los antibióticos, la vida de millones de personas estará en riesgo. Las heridas pequeñas infectadas pueden volverse potencialmente mortales; las enfermedades como la neumonía bacteriana o las infecciones del tracto urinario pueden ser imposibles de tratar.
Una gran variedad de intervenciones quirúrgicas, desde las cesáreas hasta las cirugías ortopédicas, se volverán muy peligrosas.
¿Por qué es tan difícil combatir la resistencia a los antibióticos?
La resistencia a los antibióticos es un problema muy complejo porque hay muchos parámetros que se deben tener en cuenta para combatirla, y porque nada es blanco o negro. Hay algunos motivos técnicos:
- La resistencia a los antibióticos no es algo que está presente o no: es una escala. Las bacterias pueden ser un poco resistentes, muy resistentes o completamente resistentes.
- Debido a que hay varios tipos de antibióticos, las bacterias pueden ser resistentes a muchos tipos de ellos, y a todos en distinta medida.
- Dentro del mismo tipo de bacterias, algunas pueden ser más resistentes que otras a determinados tipos de antibióticos (pero estas otras, a su vez, pueden ser más resistentes a otro tipo de antibióticos).
- Una infección puede ser causada por más de un tipo de bacterias al mismo tiempo.
- Los tratamientos con antibióticos se pueden adaptar de muchas maneras: aumentando las dosis, administrando las dosis por un período más prolongado, cambiando a otro antibiótico, combinando varios antibióticos, etc.
Esto hace que sea difícil encontrar principios generales para combatir las bacterias resistentes. No hay una manera rápida de descubrir qué bacterias son resistentes a qué antibióticos en una infección determinada; solo se puede lograr eso a través de una serie de pruebas de laboratorio.
Otro problema importante es que el uso de los antibióticos está tan extendido que se ha vuelto muy difícil de controlar.
¿Cuáles son las consecuencias de la resistencia a los antibióticos para los pacientes?
Si los pacientes tienen una infección causada por bacterias resistentes, puede haber muchas consecuencias.
- Estadía más prolongada en el hospital. Los pacientes afectados por bacterias resistentes suelen necesitar un tratamiento más largo, por lo que deben permanecer más tiempo en el hospital. Esto suele repercutir en la situación social y económica de un paciente. Los datos del Programa de Cirugía Reconstructiva de Amán (Jordania) demuestran que, en 2018, los pacientes infectados por bacterias resistentes tuvieron que permanecer hospitalizados durante un promedio de 40 días. En el caso de los pacientes que no tenían estas bacterias, fueron 19 días.
- Tratamiento más tóxico. Ya sea porque se debe administrar otro antibiótico más tóxico, o porque se debe prolongar el tratamiento con el antibiótico normal, lo que podría reforzar sus efectos secundarios.
- Aislamiento. Para evitar que las bacterias resistentes se propaguen a otros pacientes, cuidadores o al personal médico, idealmente, siempre se debe colocar a los pacientes infectados por esas bacterias en habitaciones de aislamiento. Este aislamiento suele ser complicado psicológicamente para el paciente.
- Mayores gastos. Una estadía más prolongada en el hospital y un tratamiento más largo o más costoso aumentarán los gastos. Cuando no se les cobren estos gastos a los pacientes (como en los proyectos de MSF), el hospital deberá cubrirlos.
- Muerte. Si un paciente tiene una infección causada por bacterias que son resistentes a todos los antibióticos (a las que a veces se las llama “superbacterias”), y la infección es mortal, el paciente morirá.
¿Qué está intentando hacer MSF para combatir la resistencia a los antibióticos?
La política de MSF respecto de la resistencia a los antibióticos tiene tres pilares:
- Prevención y control de infecciones. Para evitar la propagación de bacterias resistentes en los hospitales, es necesario contar con protocolos estrictos de higiene. La prevención consiste en la higiene de las manos, el uso de material estéril, la limpieza, entre otros, en nuestros centros de atención médica. La prevención y control de infecciones suele considerarse el más importante de los tres pilares porque sin ella, o con una implementación deficiente, los otros dos pilares pierden gran parte de su impacto. Estos programas incluyen muchas capacitaciones para nuestro personal.
- Programas de administración de antibióticos. La administración de antibióticos trata de optimizar el uso de los antibióticos: administrar la dosis correcta del producto correcto durante el período correcto para evitar que las bacterias tengan oportunidades para desarrollar resistencia. La administración de antibióticos consiste en la concientización sobre la resistencia a los antibióticos entre nuestro personal y también en numerosas capacitaciones.
- Laboratorios de microbiología. La única manera de descubrir qué bacterias exactamente provocan una infección, y hasta qué punto son resistentes a determinado antibiótico, es a través de pruebas en un laboratorio de microbiología. Luego, el equipo médico puede usar esta información para encontrar el mejor tratamiento para un paciente. En MSF tenemos algunos de estos laboratorios en nuestros proyectos, pero a veces también nos asociamos con laboratorios externos.
Además de estos pilares, la promoción de la salud tiene un rol importante. Es fundamental que nuestros pacientes comprendan el problema de la resistencia a los antibióticos porque deben cumplir con nuestras medidas, lo que puede ser difícil para ellos (por ejemplo, en el caso del aislamiento). Cuando los pacientes tienen un buen conocimiento de la resistencia a los antibióticos pueden correr la voz sobre la importancia del uso adecuado de los antibióticos en sus propias comunidades y también pueden aumentar las probabilidades de recuperarse más rápido, al poner en práctica los consejos que les dan nuestros equipos de promoción de la salud.
¿Qué es específico de la resistencia a los antibióticos en el Oriente Próximo?
La resistencia a los antibióticos es un problema en cualquier parte del mundo donde se usen antibióticos; no es solo un problema característico del Oriente Próximo. Sin embargo, algunos elementos del panorama sociopolítico en muchos países del Oriente Próximo han hecho que la resistencia a los antibióticos sea un problema aún más complejo de lo que ya es en otros lugares. Estos son algunos de los elementos:
- El tipo de heridas que genera la guerra. Cuando el armamento moderno golpea el cuerpo humano, el impacto suele ser enorme. Estas heridas pueden ser muy graves y son muy vulnerables a las infecciones. Si las heridas graves no se pueden tratar de forma inmediata o no se tratan en condiciones óptimas, aumenta el riesgo de una infección.
- Las zonas de conflicto tienen sistemas de salud debilitados. Usar los antibióticos de forma adecuada puede ser muy difícil o directamente imposible en las zonas de conflicto porque no se puede acceder a tiempo a los servicios médicos, estos no disponen de los antibióticos correctos o no son útiles en lo absoluto. Un sistema de salud debilitado también puede tener prácticas deficientes de control de infecciones, el uso de antibióticos de mala calidad y la escasez de herramientas de diagnóstico y vigilancia adecuadas; todos estos factores aumentan el riesgo de que las bacterias desarrollen resistencia.
- Disponibilidad de antibióticos. En muchos lugares, como Gaza e Irak, algunos antibióticos se pueden vender sin receta en las farmacias o a veces, incluso, en la calle. Además, las personas a veces comparten su tratamiento antibiótico con amigos y familiares. Esta disponibilidad de antibióticos genera problemas, como el uso de antibióticos cuando no se necesitan, el uso de dosis demasiado bajas o tratamientos demasiado cortos. Todo esto aumenta el riesgo de que las bacterias desarrollen resistencia.