Según testimonios recogidos por Médicos Sin Fronteras (MSF), en Siria se está llevando a cabo una implacable campaña de represión contra los heridos en las manifestaciones y el personal médico que intenta atenderles. La organización pide que se restablezca la neutralidad de las estructuras de salud.
Aunque MSF no ha conseguido trabajar directamente en Siria, los numerosos testimonios recogidos por la organización de heridos sirios atendidos fuera del país y de médicos sirios señalan la existencia de una campaña sistemática para impedir la prestación de asistencia médica a las personas heridas durante los disturbios que asolan el país.
«En Siria se está persiguiendo a los pacientes heridos y a los médicos, que corren el riesgo de ser torturados y arrestados por las Fuerzas de Seguridad, explica Marie-Pierre Allié, presidenta de MSF en Francia. «La asistencia médica se está utilizando como medio de represión.
Muchos heridos no acuden a los hospitales públicos por miedo a las consecuencias. En ocasiones hay que utilizar identidades falsas para ingresar a personas en dichos centros y los médicos tienen que emitir falsos diagnósticos para ayudarles a eludir a las Fuerzas de Seguridad, que buscan a los pacientes con heridas.
«Es urgente que se restablezca la neutralidad de las estructuras de salud, declara Marie-Pierre Allié. «Los hospitales tienen que ser áreas protegidas, donde los heridos sean tratados sin discriminación y estén a salvo de abusos y torturas, y donde el personal médico no ponga en peligro su vida por el simple hecho de cumplir con el código deontológico de su profesión».
Asistencia clandestina
Los heridos muchas veces no tienen otra opción que recurrir a centros de salud clandestinos, donde son atendidos por médicos que intentan cumplir con su compromiso y obligación de dispensar asistencia a las personas que la necesitan. Se han abierto clínicas improvisadas en apartamentos, granjas y otros lugares. Para las intervenciones quirúrgicas, se utilizan los llamados hospitales móviles, unas simples habitaciones habilitadas como quirófanos improvisados. Las condiciones de higiene y esterilización son rudimentarias, y escasean los suministros de anestesia. Además, según informan los médicos, la mera posesión de medicamentos y material médico básico, como gasas, se considera un delito.
«Los servicios de seguridad atacan y destruyen los hospitales móviles, manifiesta un médico sirio que pide mantener el anonimato. Entran en las casas buscando medicamentos y suministros médicos.
La seguridad es la principal preocupación de los médicos que trabajan en las redes clandestinas. En el clima de terror actual, se tiene que dispensar el tratamiento de forma rápida, puesto que el personal médico y los pacientes se ven obligados a cambiar constantemente de ubicación para evitar ser detectados.
«Las Fuerzas de Seguridad nos persiguen sin respiro, admite otro médico sirio. Muchos profesionales que han atendido a heridos en centros privados han sido arrestados y torturados.
En estas condiciones, resulta muy difícil tratar traumatismos graves y proporcionar cuidados postoperatorios. Además, los profesionales sanitarios que trabajan en la clandestinidad aseguran que no se atreven a pedir sangre al banco de sangre central, porque está controlado por el Ministerio de Defensa sirio, el único proveedor del país.
Fuera del país
Solo algunos heridos han conseguido encontrar refugio en países vecinos, donde pueden recibir atención médica adecuada, aunque tardía. «Resulté herido en el muslo y los soldados me agarraron, cuenta un paciente atendido por MSF. Me golpearon en la cabeza y en la herida, pero conseguí escapar con la ayuda de los vecinos. Al final encontré a alguien que pudo atenderme, un enfermero, no un médico. Ni siquiera tenía anestesia.
Bajo las circunstancias actuales, la asistencia de MSF a la población siria que requiere atención médica es limitada. La organización lleva meses intentando desplegar operaciones en Siria para ayudar a los heridos, sin éxito hasta la fecha. Actualmente está dando asistencia a pacientes fuera del país y apoya a redes de médicos dentro del mismo mediante el suministro de medicamentos, material médico y kits de transfusión.