Al menos dieciocho personas muertas, dos de ellas miembros sursudaneses de Médicos Sin Fronteras (MSF) que fueron atacados en sus casas, es el resultado provisional de nuevos ataques al campo de Protección de Civiles (PoC, por sus siglas en inglés) en Malakal. Los equipos de MSF recibieron durante la pasada noche en su hospital dentro del campo a 36 heridos, uno de ellos también un trabajador de la organización. Otros heridos continúan llegando.
Los ataques y la violencia se desarrollaron durante al menos unas tres horas en la noche de ayer, lo que forzó a cerca de 600 personas, la mayoría mujeres y niños, a refugiarse en el recinto del hospital. Los equipos de MSF trabajaron durante toda la noche para tratar a los heridos. Al menos 25 de los lesionados recibidos presentaban heridas de bala y ocho requirieron de intervenciones quirúrgicas.
“Este ataque a los civiles es intolerable, y exigimos a los grupos armados que detengan estos ataques”, afirmó el coordinador de proyectos de MSF en Sudán del Sur, Marcus Bachmann. “La población llega al PoC buscando protección, por lo que éste debería ser un santuario respetado por todas las partes en el conflicto”, añadió.
El PoC de Malakal aloja en la actualidad a unas 40.000 personas que vienen huyendo de zonas de combate, y que en buena parte llegan de áreas que están fuera del alcance de la ayuda humanitaria, por lo que muchos arriban sin ninguna pertenencia en absoluto.
El PoC ha servido de refugio a personas desplazadas desde que se inició el conflicto en el área, en diciembre de 2013. La población del campo se duplicó el año pasado tras la llegada de 10.000 personas en abril y de otras 16.000 entre julio y agosto.
“Tras más de dos años de conflicto, el único sistema desarrollado por la ONU para proteger a las poblaciones vulnerables en Sudán del Sur ha sido la creación de campos de Protección de Civiles”, comenta Johanna Van Peteghem, Vice-coordinadora de Programa Regional de Médicos Sin Fronteras (MSF). “Está claro que el sistema es insuficiente, ya que sólo protege a una pequeña cantidad de la población en riesgo. Estamos muy preocupados por las condiciones en el PoC de Malakal y el destino de aquellos que han abandonado el lugar sin ninguna protección. Los PoCs están siendo presentado como la única solución sobre la mesa, dejando al resto del país abandonado a sus propios recursos”.
El PoC ha servido de refugio a personas desplazadas desde que se inició el conflicto en esta área; allá por diciembre de 2013. La población del campo se duplicó el año pasado tras la llegada de 10.000 personas en abril y de otras 16.000 entre julio y agosto. “Actualmente hay serios problemas de saneamiento y de abastecimiento de agua en el campo, que está completamente abarrotado. La situación es complicada y el hospital de MSF es una de las pocas instalaciones que continúan en funcionamiento. Otras dos clínicas de otras organizaciones han sido destruidas. Estamos verdaderamente preocupados ante la evolución que puedan tener los acontecimientos”, concluye Bachmann.
MSF gestiona un hospital de 50 camas en Malakal, incluyendo un servicio de emergencias permanente, dentro del campo de protección de civiles (PoC). MSF trabaja en la región que hoy constituye la República de Sudán del Sur desde 1983. En la actualidad, casi 3.000 trabajadores sursudaneses y 330 trabajadores internacionales de MSF responden a una amplia gama de emergencias médicas y proveen atención sanitaria gratuita y de calidad en 18 proyectos diferentes ubicados en 10 regiones del país y el Área Administrativa de Abyei.