El número de pacientes tratados por Médicos Sin Fronteras (MSF) semanalmente en el campo de Naciones Unidas para la Protección de Civiles (PoC) en Malakal, Sudán del Sur, se triplicó desde junio ya que el hacinamiento y las deficientes condiciones de vida están poniendo en peligro la salud de la población que busca refugio en el campo. Actualmente casi 48.000 personas viven en el campo después de que en julio y agosto llegaran más de 16.000 personas. Muchos provienen de áreas donde el acceso humanitario llevaba meses cortado por la inseguridad en la zona, lo que obligó a miles de personas a huir del conflicto y el hambre. La mayoría de la gente llegó sin nada.
“Las enfermedades de nuestros pacientes están directamente relacionadas con las condiciones deplorables y de hacinamiento en las que viven”
señala Mónica Camacho, responsable de las operaciones de MSF en Sudán del Sur. “Debe asignarse de inmediato más espacio para la población que se está refugiando, y las organizaciones humanitarias deben mejorar urgentemente la provisión de servicios básicos y necesidades.”
Desde junio, el número de consultas médicas atendidas semanalmente por MSF se ha triplicado con creces. El número de consultas a niños menores de cinco años, que son los más vulnerables en estas condiciones, se ha multiplicado por cinco. En las últimas semanas, el hospital de MSF ha superado su capacidad a causa de niños que presentan neumonía, malaria y otras enfermedades que ponen en peligro su vida. El número de pacientes tratados por infecciones respiratorias graves ya se ha triplicado desde septiembre. Con el inicio de la estación del frío, la neumonía es una preocupación particular, dadas las condiciones de hacinamiento y la falta de higiene. MSF teme que estas tendencias puedan empeorar, a menos que las condiciones mejoren inmediatamente.
Más de 50 personas en una tienda
Son miles los recién llegados que están sufriendo en las peores condiciones de vida imaginables, buscando cobijo en refugios improvisados en zonas inundadas del campo no designadas para habitabilidad y que carecen de acceso adecuado a agua e instalaciones de saneamiento. Los niños juegan en el barro insalubre rodeados de alambre de púas y basura. Siete mil de los 16,000 que llegaron más recientemente en julio y agosto, la mayoría de los cuales son mujeres y niños, han sido trasladados a un área de contingencia que se ha adaptado para dar cabida a los desplazados internos. En esta zona, la gente vive en carpas comunales de gran tamaño, compartidas por más de 50 personas.
Estas familias tienen menos de 4,5 metros cuadrados de espacio habitable por persona, muy por debajo de los 30 metros cuadrados requeridos por las normas humanitarias internacionales.
Las condiciones de vida y el saneamiento también son deficientes en el resto del campo. Solo alrededor de un tercio del campo de las Naciones Unidas está pensado para que vivan en él personas desplazadas; un área de menos de medio kilómetro cuadrado para una población del tamaño de una ciudad pequeña. El espacio total habitable para la población es de apenas más de 10 metros cuadrados por persona, cifra que incluye las vías y otros espacios que no se utilizan para el asentamiento de personas. En las zonas más pobladas, hay un solo inodoro cada 70 personas, menos de un tercio de la proporción requerida por las normas humanitarias. El acceso al agua limpia también está por debajo de los niveles aceptables y muchas familias no tienen acceso a artículos de primera necesidad como mantas.
Muchos han llegado al campo de Malakal buscando protección contra la violencia y el conflicto, y viven aquí desde el estallido del conflicto en diciembre de 2013. En 2015, la población del campo se duplicó con creces, después de una afluencia de 10.000 personas desplazadas en abril y las otras 16.000 que llegaron entre julio y agosto. MSF gestiona un hospital de 50 camas, que incluye una sala de urgencias que opera las 24 horas del día en el hospital y una sala de urgencias dentro del campo para pacientes. MSF proporciona atención médica secundaria con hospitalización a la que puede acudir la población que vive en el PoC de Malakal.