“Nunca sabíamos si el agua estaba limpia o no, pero luego descubrimos que estaba contaminada. El agua nos causaba diarrea”, dijo Roda James, madre de siete hijos y habitante de Labarab, un área remota en el Área Administrativa del Gran Pibor en el este de Sudán del Sur.
© Njiiri Karago/MSF
Las palabras de Roda hacen eco de la realidad cotidiana de la vida de esta población seminómada, así como de muchas otras comunidades de Sudán del Sur, donde el acceso al agua potable sigue siendo un reto. Un estudio reciente reveló que el 61 % de la población de Sudán del Sur no tiene suficiente agua para satisfacer las necesidades de su hogar, y el número era aún mayor en las zonas rurales. Además, el 49 % de los hogares también informaron que dependen del agua superficial como su principal fuente de agua, lo que expone a las personas a un grave riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea y el cólera.
«El agua está sucia porque los pájaros, las vacas, los perros y todos los animales domésticos beben del río. Los animales orinan y defecan en el agua y ésta es la misma que solíamos buscar y beber«, dijo Peter Adonyo Gayin, el administrador de Labarab Payam.
En un esfuerzo por mejorar el acceso de las personas al agua potable, a principios de este año, lanzamos una campaña para perforar diez pozos en las áreas de Maruwa, Labarab y Boma en el Área Administrativa del Gran Pibor. Aggrey Nyaleso Isanyili, gestor de aguas subterráneas de MSF, dijo que la perforación de pozos es una importante estrategia sanitaria para impulsar los esfuerzos de prevención de las enfermedades transmitidas por el agua.
«Es mejor prevenir que curar. MSF tomó la iniciativa de prevenir estas enfermedades transmitidas por el agua proporcionando agua limpia y de buena calidad, y está marcando la diferencia”, afirmó Nyaleso. “Fue como un milagro para las personas de aquí, porque nunca habían visto salir agua del pozo o de la bomba manual. Incluso pedían permiso para usar el agua y les decíamos ‘es de ustedes’”.
Roda dijo que solía pasar casi una hora todos los días buscando agua en el río antes de que se instalara recientemente una bomba manual en su pueblo.
“Cuando el río se seca, las personas migran para buscar agua”, compartió Adonyo. “Sé que la población está contenta con el pozo que MSF está construyendo junto a su pueblo”.
La construcción y gestión de los pozos se realiza en estrecha coordinación con las comunidades. Los comités comunitarios de agua son responsables del mantenimiento de los pozos y de organizar sesiones de promoción de la salud entre la población local para explicar los beneficios de los sistemas de abastecimiento de agua y saneamiento.
“Primero tuvimos una reunión con los jefes y discutimos el nuevo enfoque que íbamos a adoptar. Se alegraron de recibirnos y también dieron la bienvenida a un pozo en su comunidad”, dijo Nyaleso. “Seleccionaremos un equipo de la comunidad al que MSF capacitará y equipará con algunas herramientas de reparación esenciales para que puedan mantener las bombas de agua por sí mismos porque serán propiedad de la comunidad”.
“Estamos muy felices de tener agua porque muchas personas aquí en Labarab sufrían. Había muchas enfermedades y tener agua limpia nos ha ayudado mucho. Ahora tenemos acceso al agua limpia para cocinar y beber. Nuestra vida ha cambiado en comparación con lo que era antes”, explicó Roda sobre los nuevos pozos en el área.