Miles de personas que han huido precipitadamente de la violencia en la disputada frontera entre Sudán y Sudán del Sur necesitan alimentos, agua y atención médica de forma desesperada. MSF ha lanzado una intervención de emergencia para asistirles a su llegada en el estado de Bahr el Ghazal del Norte en Sudán del Sur, donde la situación humanitaria ya es alarmante.
Según las autoridades locales, 1.542 familias han llegado a la zona de Aweil Norte en el estado de Bahr el Ghazal del Norte desde octubre del año pasado. Mientras el número de desplazados continúa en aumento, la gran mayoría de los afectados ha contado a MSF estar huyendo de la violencia y de los ataques de las milicias en la disputada región fronteriza de Abyei. Algunas personas proceden de estados tan lejanos como Unidad o el Alto Nilo, donde las fuerzas de la oposición se enfrentan a las fuerzas gubernamentales de Sudán del Sur desde principios del año pasado. Se fueron con lo puesto y caminaron durante semanas hasta llegar a este rincón de Sudán del Sur, donde se han asentado en los campos de desplazados ya existentes.
“Cuando las milicias atacaron la zona huí de mi aldea. Atacaron durante la noche y perdí a mis hijos y a mi marido en medio del caos. Todavía no sé si están vivos o muertos,” afirma Abok Mawein procedente de Abiemnhom en el estado de Unity, que actualmente vive en el campo de Calek, Aweil Norte.
Las necesidades en lo que respecta a la comida, agua y atención sanitaria son inmensas. Muchos de los que llegan sólo sobreviven del agua que cogen de los pozos y la falta de servicios de saneamiento y letrinas expone a la población a enfermedades infecciosas. MSF ha lanzado una intervención de emergencia para asistir a los desplazados recién llegados, mediante servicios médicos y la distribución de artículos de primera necesidad, (bidones para transportar el agua, utensilios de cocina, jabón y mantas). Las familias con niños de edades comprendidas entre los seis meses y los cinco años también reciben un suplemento alimenticio para luchar contra la desnutrición. 1.041 familias ya se han beneficiado de estas distribuciones de emergencia.
Junto a la provisión de tratamiento para malaria, infecciones respiratorias y diarrea, MSF también administra vacunas a los menores de cinco años. Una campaña de vacunación rápida contra el sarampión acaba de finalizar en el campo de Pour Akon, donde 533 niños han sido inmunizados. Sin embargo, la falta de agua limpia y de las debidas condiciones de saneamiento incrementa el riesgo de enfermedades. En un campo, los equipos de MSF trataron a 42 niños con diarrea aguda en una sola semana. En su visita al campo adicional abierto en Puor Akon, los equipos de salud reproductiva de MSF practicaron controles prenatales a 59 mujeres, para quienes era su primer control prenatal a pesar de encontrarse en sus últimas semanas de embarazo.
“La situación humanitaria en Aweil Norte ya es alarmante y el acceso a la atención sanitaria es un problema crónico. Añadir miles de nuevos desplazados supone un deterioro todavía mayor de la situación,” añade el coordinador del proyecto de MSF, Andrew Zadel.
Las familias recién llegadas construyen chozas muy básicas con palos y telas y comparten los escasos recursos en materia de agua y comida con sus anfitriones, muchos de los cuales también huyeron en su día de la violencia. A esto hay que añadir que la cosecha de 2014 fue inusualmente pobre debido a la escasa pluviosidad en la zona, y los que ya residen en los campos carecen de suficiente comida como para compartirla con los desplazados que han ido llegando desde octubre. Para sobrevivir se ven obligados a recoger tamarindo, datiles y hojas de Akuor para comer.
“De momento, estamos dispensando asistencia en diez de los once campos de Aweil Norte. Estamos planificando realizar más distribuciones de artículos de primera necesidad a los recién llegados al campo, pero se requiere más asistencia de forma apremiante para esta población vulnerable,” explica Zadel. “Nos preocupa que la situación nutricional de estas personas se deteriore en los próximos meses si no se proporciona una asistencia significativa. Necesitamos que otras organizaciones vengan aquí para ayudar a esta población olvidada,” añade Zadel.
MSF es la única ONG internacional con una presencia consistente en Aweil Norte. La organización gestiona una clínica y servicios móviles en la zona, que incluye Calek y varios campos de desplazados