El 11 de abril, las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) lanzaron una ofensiva terrestre a gran escala sobre el campo de desplazados en Zamzam, Sudán. Desde entonces, cientos de miles de personas se han visto obligadas a huir. Muchas de ellas se refugiaron en El Fasher, capital de Darfur Norte, donde las comunidades estaban ya asediadas y privadas de ayuda vital.
25.000 personas más han llegado a Tawila, al oeste, donde nuestros equipos desbordados amplían sus actividades para responder a las necesidades médicas más urgentes.
Pedimos con urgencia el fin del asedio y las atrocidades. También solicitamos el suministro de ayuda humanitaria, incluso mediante lanzamientos aéreos de alimentos y medicinas en El Fasher, si es necesario. Así mismo, es fundamental que se garantice la salida segura de quienes deseen huir.
Violencia extrema en Zamzam y El Fasher

La FAR y sus grupos armados aliados irrumpieron en Zamzam, el mayor campo de desplazados de Sudán, donde al menos 500.000 personas habían buscado refugio cerca de El Fasher. Esto ocurrió tras meses de un asedio cada vez más violento.
Según los informes, el 16 de abril, el campo, ya en su mayoría destruido, quedó bajo control de la FAR. Se cree que la mayoría de su población huyó a El Fasher, donde permanece atrapada, sin acceso a ayuda humanitaria y expuesta a violencia constante.
Emergencia médica y necesidades críticas en Tawila

Entre el 12 y el 15 de abril, los equipos de MSF en Tawila recibieron a más de 25.000 personas desde Zamzam y zonas cercanas. Actualmente, los desplazados llegan con mayor riesgo y de manera más esporádica.
Nuestros equipos instalaron un puesto sanitario a la entrada de Tawila para proporcionar a los recién llegados agua y apoyo nutricional y médico inmediato. Así mismo, derivan los casos críticos al hospital local, donde trabajamos desde el pasado octubre.
Hasta ahora, unos 1.600 pacientes han necesitado servicios ambulatorios de urgencia, principalmente por deshidratación grave.
«Estamos tratando a niños que se morían literalmente de sed en la ruta. Hasta ahora hemos recibido a más de 170 personas con heridas de bala y explosivos, el 40% son mujeres y niñas. La gente nos dice que muchos heridos y personas vulnerables no pudieron hacer el viaje a Tawila y se han quedado atrás. Casi todas las personas con las que hablamos nos dijeron que habían perdido al menos a un familiar durante el ataque»
Marion Ramstein, nuestra coordinadora de proyectos en Tawila.
Desde el campo de Zamzam, donde se calcula que han muerto cientos de personas, llegan noticias terribles. Se dice que los combatientes van puerta por puerta, disparan a la gente que se esconde en sus casas e incendian grandes partes del campo.
Entre las víctimas se cuentan once trabajadores de Relief International, organización que dirigía la única clínica que quedaba en el campo. Esta clínica operaba después de que suspendiéramos todas nuestras actividades en Zamzam en febrero debido a la escalada de violencia y los bloqueos.
Llamamos urgentemente a la acción internacional

Pedimos a la Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y a todos los grupos armados que protejan a los civiles y garanticen su derecho a huir sin riesgo.
Instamos a los Estados y a los actores diplomáticos a usar su influencia para convertir declaraciones vacías en acciones concretas.
La ONU y diversos observadores han advertido repetidamente sobre el riesgo de asesinatos en masa y violencia étnica en El Fasher y en los campos cercanos. Estos campos están habitados, en su mayoría, por personas de las etnias zaghawa y fur. Los combatientes de la FAR y sus aliados provienen mayormente de tribus árabes.
Tras dos años de guerra catastrófica, acompañada por una apatía internacional indolente, sigue siendo inconcebible aceptar este fracaso colectivo para brindar ayuda vital donde más se necesita.
Dos años de guerra: un sistema de salud colapsado
Desde el 15 de abril de 2023, el conflicto entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) ha sumido a Sudán en una de las peores crisis humanitarias del mundo.
Se estima que 6 de cada 10 personas necesitan asistencia. Más de 13 millones han sido desplazadas, y millones más sobreviven atrapadas entre frentes de batalla, sin acceso a atención médica ni alimentos.
Para Médicos Sin Fronteras, estos dos años se han traducido en más de 80 ataques y amenazas a nuestro personal, ambulancias, centros de salud y suministros.
Lo que vemos en nuestros proyectos en Sudán es el colapso absoluto del sistema sanitario, agravado por la violencia indiscriminada, las restricciones impuestas a la ayuda humanitaria y la desprotección de la población civil. La respuesta internacional sigue estando muy por debajo de las necesidades.
Nuestro trabajo en Sudán
A pesar de estas condiciones extremas, nuestros equipos trabajan en 10 de los 18 estados del país, con un equipo de aproximadamente 1.800 personas, en su mayoría sudanesas, que operan a ambos lados del frente. Apoyamos 22 hospitales y 42 centros y clínicas móviles. Entre nuestras principales actividades médicas se encuentran:
- la atención de urgencias y cirugía traumatológica,
- el cuidado maternoinfantil,
- el tratamiento de la desnutrición aguda,
- las campañas de vacunación,
- la respuesta a brotes de enfermedades como cólera y sarampión,
- y la asistencia a personas desplazadas mediante clínicas móviles y donación de insumos médicos.
«Se necesita una respuesta humanitaria masiva, ahora más urgente que nunca. Si las carreteras a El Fasher están bloqueadas, deben lanzarse operaciones aéreas para llevar alimentos y medicinas al millón de personas que se calcula que están atrapadas allí y que pasan hambre. También es necesaria aumentar la respuesta en Tawila, donde se está recibiendo a algunos de los supervivientes y las capacidades locales están desbordadas»
Rasmane Kabore, coordinador general de MSF en Sudán.
Estamos lanzando intervenciones de emergencia en Tawila, en coordinación con otros actores. Sin embargo, se necesita mucho más en términos de agua, alimentos, atención médica y refugio.