Anunciamos oficialmente la suspensión de nuestras actividades humanitarias en el suroeste de Camerún, tres meses después de que cuatro miembros de nuestro personal fueran detenidos por su trabajo médico. Después de todo este tiempo, todavía no se han producido avances significativos en sus casos. Por ello, decidimos suspender sus actividades en el suroeste, decisión efectiva desde el 29 de marzo, para poder centrarnos exclusivamente en conseguir la liberación de nuestros compañeros.
El 27 de diciembre de 2021, dos miembros del personal de MSF fueron arrestados cuando la ambulancia en la que trasladaban a un paciente con heridas de bala que necesitaba asistencia urgente fue interceptada en el puesto de control de Nguti, al suroeste de Camerún. A pesar de que seguimos los procedimientos de notificación humanitaria acordados con las autoridades, nuestros compañeros resultaron detenidos y permanecen todavía en fase de instrucción en la cárcel de Buea. Se les investiga por complicidad con secesionismo simplemente por cumplir con sus obligaciones médicas.
En las semanas siguientes, otros dos colegas y colaboradores también fueron detenidos por la Gendarmería. Todos ellos reciben asesoramiento jurídico y mantenemos comunicación regular con ellos y sus familias.
Paralelamente a los procedimientos legales, nuestros representantes han tratado de comunicarse con las autoridades camerunesas y otras partes interesadas, a diferentes niveles, para proporcionar información y clarificar nuestras actividades y procedimientos médicos con el objetivo de facilitar su liberación. Sin embargo, todavía no se ha producido un progreso significativo en sus casos. Todo ello a pesar de que, en el mes de febrero, una organización camerunesa independiente concluyó en un informe sobre las detenciones -encargado por el propio Ministerio de Defensa- que MSF y sus colegas debían ser exonerados de cualquier infracción, que la organización estaba actuando de acuerdo con sus principios humanitarios y que nuestros colegas debían ser liberados inmediatamente.
«Nos encontramos en una posición insostenible: por un lado, nuestras actividades son necesarias y, por otro, quienes prestan ayuda médica se arriesgan a ser perseguidos por hacer su trabajo. Para cumplir con nuestro deber con nuestros pacientes necesitamos que se den unas condiciones previas básicas que nos permitan trabajar en un entorno seguro», afirma Sylvain Groulx, director de operaciones de uno de nuestros programas en África Central. «MSF continúa abierta al diálogo con las autoridades para poder resolver esta cuestión lo antes posible, con el objetivo de que podamos reanudar nuestras actividades médico-humanitarias».
Como organización médica internacional, proporcionamos apoyo médico imparcial a todos los pacientes que lo necesitan, de acuerdo con la ética médica, y el derecho internacional humanitario.
«Nuestros equipos están en contacto con todos los actores armados implicados, tanto estatales como no estatales para garantizar el acceso a la atención médica y a la ayuda humanitaria y, al mismo tiempo, disponer de la máxima seguridad para nuestros equipos y pacientes, en Camerún como en cualquier otra parte del mundo», afirma Groulx. «Esto no puede considerarse en absoluto como una falta de imparcialidad o un acto de connivencia con ninguna de las partes implicadas en la violencia actual de las regiones anglófonas«.