Bérengère Guais, jefa adjunta de los proyectos de emergencia de MSF en París, explica los retos y las dificultades para acceder a las zonas de Ucrania más afectadas.
¿Cómo hace MSF para trabajar en Ucrania?
MSF ha estado presente en Ucrania durante muchos años, brindando atención a las personas afectadas por la tuberculosis y el VIH. Así que ya tenemos personal nacional e internacional sobre el terreno. Hoy, en el contexto de la guerra, hemos tenido que suspender estos programas y reorientar nuestras actividades para atender las necesidades médicas generadas por una ofensiva militar a gran escala. Estamos pasando de un proyecto médico de rutina a una intervención de emergencia. Por lo tanto, tenemos que adaptarnos y recurrir a especialistas en emergencias para trabajar en las zonas más afectadas. Esta es nuestra prioridad en este momento.
¿Cuál es el principal reto?
Hoy, el reto más importante es acceder a las regiones más afectadas por los combates. Desde el lunes 28 de febrero tenemos equipos en todos los países vecinos de Ucrania: Polonia, Moldavia, Rumania, así como en Rusia y Bielorrusia. Debido a la caótica situación en las fronteras de Ucrania, con cientos de miles de personas huyendo de los enfrentamientos, es difícil entender qué cruces fronterizos son los mejores para ingresar al país. Estamos buscando traer equipos y personal, incluyendo cirujanos, para respaldar al personal que ya está en el terreno e iniciar las operaciones lo antes posible.
¿Cómo gestionan la entrada de equipos y medicamentos al país?
Actualmente estamos preparando equipos médicos y botiquines desde nuestras bases logísticas, especialmente en Bruselas y Burdeos, que transitarán por los países vecinos antes de ingresar a Ucrania. También estamos comprando bienes y materiales en Polonia para algunas asociaciones locales que nos han informado sobre una serie de artículos esenciales de los que carecen.
¿Cómo evalúan las necesidades sobre el terreno?
Las zonas de combate se mueven rápidamente y cambian cada hora. Es importante para nosotros conocer bien la dinámica de la ofensiva, para evaluar las necesidades, pero también para no poner en riesgo a nuestros equipos. Contamos con personal en Kiev, la capital, y en varias ciudades clave como Zhytomyr y Severodonetsk, así como una red de personal médico en hospitales y centros de salud en múltiples ubicaciones, lo que nos permite construir una imagen de las necesidades. En particular, estamos recopilando información sobre la cantidad de personas heridas, sus necesidades y la capacidad de atención en el terreno para construir una respuesta médica adecuada.
Para recibir suministros dentro de Ucrania, estamos creando un espacio de almacenamiento en el oeste del país. En función de la evolución y las oportunidades, intentaremos crear almacenes en otras zonas para ampliar nuestra capacidad.
¿Hay puestos médicos? ¿Cómo se está realizando la derivación de las personas heridas? ¿Es posible que las y los pacientes sean trasladados de un hospital a otro? ¿En qué estructuras hospitalarias podríamos iniciar rápidamente actividades, especialmente quirúrgicas? Estas son las principales preguntas que nos hacemos y tratamos de obtener respuestas fiables, claras y detalladas.
¿Qué apoyo brindan a la población refugiada en las zonas fronterizas?
Ya hemos donado artículos esenciales a un centro de recepción en Polonia y estamos trabajando para ampliar nuestra respuesta. Estamos planeando desplegar apoyo médico y aumentar la distribución de frazadas y kits de higiene.
Pero ya estamos viendo mucha solidaridad local e internacional con las personas refugiadas, lo que significa que sus necesidades están bien cubiertas por el momento. Por lo tanto, nuestra prioridad es atender a las personas heridas en Ucrania.